No es ningún secreto que los humanos creamos lazos afectivos muy fuertes con los seres sintientes, ya sea con los que se convivía en las duras faenas del campo o los que adoptamos como mascotas.
Y aunque los rituales funerarios para las mascotas se pueden rastrear hasta la época prehistórica, donde se han encontrado restos de perros y gatos en grandes entierros, durante las últimas décadas éstos se han sofisticado de gran manera.
“Tenemos más de 45 años rindiendo homenaje a la vida de los seres humanos, pero durante todo este camino, todo este recorrido, hemos entendido que esos hermosos seres que llegan a nuestra casa, a nuestra familia, como mascotas, cuando les toca partir, parten como familia.
“Hoy las mascotas, los animales de compañía, son considerados ‘perrhijos’, ‘gatihijos’, y entendemos perfectamente el lugar que ocupan en nuestra sociedad. La tenencia responsable de las mascotas tiene que ver también con la manera en que los vamos a despedir cuando les toca partir”, detalla, en entrevista exclusiva para El Heraldo de México, Manuel Ramírez, director general de J. García López.
Mascotas como parte de la familia
Para Ramírez, quien cuenta con una amplia experiencia en el negocio funerario, tiene sentido que este tipo de eventos vayan haciéndose más complejos y evolucionando con el tiempo, debido a los años con los que convivimos de cerca con ellos.

“En la Ciudad de México y su zona metropolitana, por lo regular las familias tienen a las mascotas en casa y su tiempo de vida promedio es de unos ocho años”, argumenta Ramírez, quien calcula que cada día ofrecen servicios funerarios para por lo menos unas 16 mascotas.
¿Cómo es un funeral para una mascota?
Aunque la tradición funeraria para las mascotas tiene raíces muy lejanas y, en el caso de México, incluso data de la época precolombina, los rituales modernos tienen relativamente poco tiempo disponibles.
A pesar de ello, se suelen tomar con toda la seriedad con la que se tomaría la despedida a un ser humano: existe una sala de velatorios específicamente diseñada para que los dueños de las mascotas se despidan de su gatito o perrito con total cariño y dignidad.

“Hay un ritual cuando la mascota llega al santuario: se baña, se peina, se pone hermosa para la celebración de este día. Se le pone un moño, se coloca en una canasta para poder pasar a las salas de velación.
“Se despide a las mascotas con la guía de un tanatólogo especialista. Le invitamos a las familias, primero, a que elaboren la carta del corazón. Les damos un papel especial para que las familias puedan redactar, decirle a la mascota todo lo que le quieres decir, agradecerle por el amor que nos trajo, por todos los momentos inolvidables”, detalla Ramírez.
Este papel, elaborado con un material especial, se diluye en un estanque de agua antes de llegar al Árbol de los Guardianes, donde simbólicamente se reúne según una leyenda ancestral.
Una gema para la memoria
Otra alternativa moderna para honrar la memoria de las mascotas que se han ido es la de crear una gema a partir de sus cenizas, las cuales se obtienen de un horno crematorio especializado instalado en el sitio de disposición final.
“Al igual que las de los humanos, las cenizas de las mascotas son ricas en tres minerales principalmente: boro, fósforo y carbón. Estos minerales se transforman en un proceso químico que se lleva a cabo fuera de México, en Europa.
“Podemos extraer estos minerales y a partir de ahí construir una piedra preciosa, una piedra como un diamante que, cuando se entrega a la familia, cuenta con una certificación gemológica como cualquier piedra preciosa”, detalla el empresario.
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