La devoción, pero también el trabajo diario, constante, son virtudes que suelen ser resaltadas en las vidas de aquellas personas consideradas santas, elegidas, en el Martirologio católico. Uno de los más claros ejemplos es el de Santa Marta de Betania.
Hermana de Santa María, posiblemente Magdalena, y San Lázaro, era muy amiga de Jesús de acuerdo con lo reportado por los evangelistas San Lucas y San Juan, por lo que el Mesías solía visitarlos cuando pasaba por la región.
Uno de los pasajes más famosos en la vida de Santa Marta es el de la profesión de la fe. Cuando Jesús visita su casa, a pocos días de la muerte de su hermano Lázaro, el Hijo de Dios le pregunta si cree que él es la resurrección, y ella le contesta afirmativamente. Instantes después, su hermano regresa de entre los muertos.
Otro episodio importante en la vida de Santa Marta de Betania ocurre poco después, cuando Jesús y sus apóstoles visitan nuevamente su casa, tras la resurrección de Lázaro. Como está muy agradecida, la santa se esmera en ofrecer un banquete digno de un rey.
Sin embargo, cuando llega Jesús, su hermana María deja de ayudarle en la cocina, por lo que Marta se enoja y se queja ante el Mesías, quien la reconviene, diciéndole que su hermana hizo la mejor elección: la de dejar las labores cotidianas y escucharle.
Su devoción y responsabilidad ha sido resaltada en la tradición católica. De hecho, se le considera santa patrona de las amas de casa, los cocineros, los hoteleros y todas aquellas personas relacionadas con el ámbito de la hospitalidad.
También se celebra a:
- San Calínico de Gangra
- San Félix de Roma
- San Guillermo Pinchón
- San Lupo de Troyes
- San Olav de Noruega
- San Próspero de Orleans
- Santa Serafina de Galicia