El poder del pensamiento positivo y la manifestación se ha tomado más en serio por su fuerza. Una de las herramientas más potentes en esta área es la capacidad de decretar las cosas al universo. Pero, ¿cómo funciona esto? Esto se refiere a la práctica de afirmar algo con confianza y convicción para que se vuelva real. Implica declarar tus deseos y aspiraciones en el presente, a pesar de que aún no se hayan materializado.
Esto se basa en el principio de que nuestras palabras tienen la facultad para influir en nuestro día a día. Una proclamación efectiva no es solo una aseveración; es una exposición enérgica que se dice con convicción y fe. Es la creencia firme de que lo que quieres ya es un hecho.
¿Cómo decretar correctamente?
La clave es formular tus decretos de una manera que sea positiva, presente y personal. En lugar de decir "quiero ser feliz", di "soy feliz". Esto pone el deseo en el ahora, lo que ayuda a convencer a tu subconsciente de que ya es una realidad. Cuando formulas lo que quieres, evita la negatividad. No menciones: "no quiero estar estresado", di "estoy tranquilo y relajado". El pesimismo solo sirve para reforzar el concepto que estás tratando de alejar.
Finalmente, una vez que sepas lo que dirás, repítelo con frecuencia y confía en él. Iterar es crucial, ya que ayuda a reprogramar tu mente. Tener seguridad de que funcionará es igualmente importante, ya que debes tener la certeza que todo funcionará. Recuerda que esto no es un medio para evadir la acción, son una herramienta que puede ayudarte a crear un estado mental propicio para tomar las acciones necesarias para lograr tus deseos.
No te desesperes
No es una ciencia exacta y requiere paciencia y práctica. Sin embargo, al seguir estos pasos y abordarlo con una actitud positiva y abierta, puedes comenzar a ver cambios notables en tu vida. Es un proceso poderoso que puede ayudarte a alcanzar tus metas.
Eso sí, no olvides que la disciplina es fundamental para alcanzar objetivos ya que proporciona una estructura que permite mantener el enfoque y la consistencia, a pesar de los obstáculos. Permite dominar habilidades, generar hábitos productivos y mantener el compromiso con el proceso, favoreciendo la paciencia para entender que los resultados suelen requerir tiempo. En esencia, la disciplina se convierte en el puente entre los sueños y su materialización.
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