El dúo formado por la moda y los atletas no es un fenómeno nuevo. Lo vemos desde que Jean René Lacoste fue un gran jugador de tenis, famoso en la industria de la moda por ser el fundador de la empresa de ropa que todos conocemos, y que lleva un cocodrilo como logo y su apellido como nombre. Su producto más popular es la camisa estilo polo hecha de piqué, y se fundó en 1933.
Desde entonces, muchos han salido tanto con sus propias marcas, como también diseñando líneas para otras o modelando.
Una de las relaciones más impresionantes que han surgido es la de Michael Jordan y Nike, quien recibe un porcentaje de las ganancias de las líneas diseñadas con su nombre, además de un salario que la firma le paga cada año, lo que lo ha convertido en billonario, y a Nike en el líder en la industria de la moda deportiva.
Según Forbes, Nike le ha pagado, hasta el momento, a Michael Jordan un estimado de 1.3 billones de dólares, desde que firmaron contrato en 1994.
¿Capricho o fanatismo? El precio de estos tenis va desde 800 pesos hasta 70 mil pesos, aproximadamente.
La tenista Serena Williams, quien tuvo contrato primero con Puma y luego con Nike, ha sido conocida por su llamativa forma de vestir y por sus accesorios. Ahora ya tiene su propia línea de ropa sofisticada y sensual, hasta ha aparecido en la portada de la revista Vogue y en la alfombra roja más importante del mundo: el MET GALA.
La percepción de los atletas cuando son captados vistiendo marcas y prendas de diseñadores de moda, se ha demostrado que gana mucha mayor aprobación, sin mencionar que esas relaciones con las firmas les traen grandes ganancias económicas, que a veces duran más que su carrera deportiva. A diferencia de los patrocinios que pueden llegar a conseguir y que duran lo que dura su contrato. Los atletas pasan a un status de celebridad y ganan popularidad en campos en los que tal vez no serían muy conocidos.
Esta dupla se ve también en los matrimonios entre atletas y modelos, lo que a veces los lleva a hacer campañas de moda.
Conocí a Paola Espinosa, exclavadista mexicana que compitió en cuatro ocasiones en los Juegos Olímpicos, alrededor del año 2011, cuando fui contactada por ella para hacerle un cambio de imagen. Confieso que yo de deportes no sé nada. Al conocer a Paola ví a una mujer hermosa, que a pesar de pasar casi 10 horas diarias en el agua, mantenía la piel y el pelo hidratados, con una figura muy estilizada y una gran pasión por la moda. Obviamente no tenía tiempo de ir de compras ni estar al cien en las tendencias, pero tenía muy buen gusto.
Fuimos a una famosa tienda departamental, le escogí algunos outfits en los que lucía espectacular, joven y radiante. La maquilló la famosa Beatriz Cisneros e hicimos unas fotos para una revista.
Aquí en México, en ese entonces, muy pocos eran los deportistas que se veían unidos a la moda, el acercamiento tenía que ser por parte de ellos como en este caso. Ahora existen managers que se dedican especialmente a buscar esta dupla.
Hoy, la moda se está mudando al metaverso como ya he platicado en este espacio, en donde marcas como Balenciaga, Prada y Thom Brown ya participan, por no dejar fuera a las marcas deportivas más famosas del mundo.
Esta, sin duda, será la plataforma ideal para seguir con el gran matrimonio entre moda y deporte.
ARTE: ERIK GONZÁLEZ
POR BRENDA JAET
MAAZ