Imagina un lugar donde todo sea silencio, al extremo y sin la posibilidad de escuchar algo más que el latido de tu corazón o el flujo de tu torrente sanguíneo corriendo por tus arterias. Además, piensa que ese sitio también es capaz de generar una oscuridad total que no te permita ver absolutamente nada a un centímetro de distancia.
Ese lugar existe y se llama Cámara Anecoica, está ubicado en Minneapolis, Minnesota, Estados Unidos, y forma parte de un complejo construido por la empresa Microsoft. Llamada así debido a que "anecoica" proviene del latín "sin eco", el lugar ofrece a quien ingrese un estimado de no más de 45 minutos dentro, ya que más tiempo de ese límite se estima que podría ser muy dañino para la salud física, cognitiva y mental de una persona.
Sin ecos ni ruidos
Tal como lo dice su nombre, la cámara anecoica de Microsoft es un lugar donde no existe ningún tipo de ruido ni ecos. Si alguien entra en ella, pasado varios minutos escuchará claramente el latido de su corazón, su respiración, para después de un rato oír la sangre que fluye por sus oídos y el imperceptible crujido de sus huesos.
Se estiman algunos registros que indican que ninguna persona ha resistido más de 45 minutos en el lugar. La cámara ha sido registrada en el libro de los récords de Guinness como el sitio más silencioso de la Tierra, donde el sonido es apenas superior al que producen las moléculas de aire al rebotar entre sí (-23 decibelios), justo en el borde de la física.
La pregunta natural sería si ¿puedes volverte loco estando dentro?
Derek Muller se pone a prueba en la cámara
Para comprobar si es verdad que no se puede estar dentro de ésta más de 45 minutos, Derek Muller, doctor en Física, comunicador científico, director y presentador de su canal de YouTube "Veritasium", hizo la prueba dentro de este sitio y estos fueron los resultados.
Primero que todo, Derek aclaró que alcanzó a estar una hora dentro de la cámara anecoica. Después, mencionó que no es del todo la habitación más silenciosa de la Tierra (-9dB) pero sí una de las más silenciosas. Aunado a esto, describió sentirme cómodo en todo momento durante la grabación en la cámara y describió qué pasó en su cuerpo, por ejemplo, al sentir el latido de su corazón de una forma audible.
Su propia respiración, el flujo de su sangre y cualquier mínimo roce de su ropa con la piel o de su mano con su barba, también los percibió. Al final, corroboró que no enloqueció y que encontró mucha paz ahí, por lo cual podría volver a entrar e intentar implantar un record mundial.
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