El Muro de Adriano, conocido también como Vallum Aelium, comenzó a construirse en el año 122 con el objetivo principal de poner límites a las fronteras del Imperio en Britania para proteger el territorio de los ataques de las tribus escocesas. La fortificación defensiva consistía originalmente en un muro de más de 100 kilómetros que cruzaba la isla de este a oeste, desde las orillas del río Tyne hasta el fiordo de Solway. Actualmente sigue en pie una parte de la muralla, misma que ha atraído la atención de turistas.
Considerado el mayor conjunto arqueológico romano de Gran Bretaña, el muro es un ícono cultural y una de las principales atracciones de la entidad. A pesar de haber sido abandonada en el siglo 5, la construcción fue designada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987. Respecto a su construcción, aún circulan diferentes teorías al respecto, mismas que involucran un cuestionamiento constante sobre su efectividad militar.
¿Quién fue Adriano?
Publius Aelius Hadrianus fue uno de los emperadores más involucrados en la historia del Imperio romano. De acuerdo con los registros, el hombre visitó todas las provincias desde su reinado e inspeccionó todos los lugares donde se erigían sus proyectos. Sus construcciones en Grecia son legendarias, pues el emperador se inclinaba por ambiciosos monumentos, como en el caso del ahora conjunto arqueológico.
El muro de Adriano fue iniciado en piedra, cuando se acostumbraba iniciar las construcciones en madera, por lo que se considera una innovación importante para la arquitectura. Originalmente, el muro tenía 3 metros de ancho por seis metros de alto y sus 120 kilómetros fueron completados en seis años gracias a las legiones romanas estacionadas en Britania. A pesar de tener un aspecto defensivo, el muro fue concebido como una declaración del poder de Roma.
¿Cambio de paradigma?
De acuerdo con BBC, Louisa Campbell, especialista en Arqueología, estableció que el muro fue una demostración de fuerza, intimidante y hostil, pues marcaba los límites de lo que Roma consideraba como "civilización". Esto, debido a que en los alrededores del territorio existían guerreros y tribus que el Imperio no logró dominar. Además, según Fraser Hunter, las fronteras artificiales eran muy inusuales en la antigüedad; por lo que el muro de Adriano comenzó a transformar la forma en la que se percibían los territorios.