Los adultos hoy en día solemos ser muy críticos con los jóvenes actuales, pero no nos damos cuenta de que ellos son distintos porque las circunstancias que están viviendo los han llevado a tener una perspectiva distinta de la vida, de las cosas y de ahí, sus acciones.
Estas diferencias pueden resumirse en tres aspectos principalmente:
1. Buscan romper con el pasado, no les interesan las experiencias que otros vivieron en el pasado porque, ellos desean vivir sus propias experiencias y aprender de ellas, de alguna manera, buscar romper con el pasado para innovar con el presente y recrear el futuro. Su visión tiene que ver con una época en la que tienen a la tecnología a su favor y el conocimiento en sus manos, vieron a sus padres trabajar todo el tiempo y ellos no quieren vivir lo mismo.
Esta ruptura con el pasado implica también cortar con los valores y creencias que sus padres o abuelos tenían, hoy ellos son capaces de crear nuevos valores que vayan más de acuerdo con sus convicciones y con los cambios tan profundos que está teniendo el mundo. En este sentido, me parece que nosotros los adultos, debemos comprender esta manera de pensar, efectivamente hay cosas que deben cambiar, quizá no todo, pero debemos tener apertura para tratar de comprenderlos y saber que no todo lo que nosotros valorábamos y creíamos era lo mejor.
2. Para ellos el trabajo no lo es todo, como para otras generaciones sí lo era, en el pasado, tener un trabajo que nos permitiera solventar nuestras necesidades era lo más importante y por ello se cuidaba mucho y lo ideal era permanecer en él siempre. Para los jóvenes el trabajo es sólo un medio y la felicidad lo es todo.
El trabajo sólo es necesario para conseguir lo que se desea y listo, el trabajar en un horario fijo es, para ellos, algo de la prehistoria, lo importante es cumplir con los objetivos que se te piden y por ello, prefieren trabajos de este tipo, asimismo, no desean permanecer siempre en el mismo trabajo, lo ideal para ellos es estar en un empleo para aprender solamente, recordemos que uno de sus valores primordiales es la felicidad, el estar a gusto; si el trabajo les cansa, no les satisface, es tiempo de cambiar y buscar nuevas cosas. He escuchado muchas críticas respecto a este punto, sin embargo, me parece que el pensar que el trabajo no lo es todo, es algo de admirarse, porque además, “tienen razón”, hemos dado un valor mayor al empleo del que tiene, es cierto que lo necesitamos para poder ser independientes pero, la manera en que nosotros valoramos el trabajo, el tiempo que dedicamos a éste, no siempre ha sido el adecuado, ya que, si bien hemos pensado que éste nos proveerá de todo lo que requerimos para ser felices, hemos logrado lo contrario, muchas veces lo que ha hecho es consumir al hombre y a las familias. Esto lo han vivido los jóvenes de hoy y por ello, no quieren lo mismo para sí mismos. Lo importante aquí es el equilibrio entre ambos ideales.
3. Les cuesta trabajo el compromiso. En este sentido, Zygmunt Bauman habla del Amor Líquido para referirse a la manera en que los jóvenes ven las relaciones amorosas. Sus experiencias no han sido las mejores, han visto que el matrimonio no siempre es para toda la vida y más bien puede ser más corto de lo esperado. Para ellos, el compromiso no implica éxito y por ello lo mejor para ellos es no comprometerse con relaciones a largo plazo. Lo más apropiado es tener relaciones cortas que no impliquen una gran responsabilidad y que puedan romperse en cualquier momento. Ese aspecto también ha sido muy criticado por otras generaciones, pero, recordemos que los jóvenes de hoy son el producto de los jóvenes del pasado, adultos actuales, quienes no hemos sabido cumplir con nuestros compromisos, los divorcios se dan continuamente, las rupturas de las familias, con el trabajo, etc. Esto ha implicado una enseñanza importante para ellos y un nuevo valor, las relaciones humanas son difíciles y no son para siempre.
¿Por qué llamamos a esta generación líquida?
Este calificativo fue acuñado por Zygmunt Bauman en su texto La Modernidad Líquida, en el que se refiere a la carencia de estructuras sólidas en las personas a partir de la modernidad. A partir de los elementos antes mencionados, podemos darnos cuenta del porqué los jóvenes rechazan estas estructuras y prefieren lo pasajero, lo que va cambiando continuamente, lo líquido y nosotros la generación sólida, somos responsables de esto.
mgm