Insólita historia fue protagonizada por Nathan Reeves, un hombre de origen australiano que perdió su anillo de bodas mientras nadaba en la isla Norfolk en Australia y que luego de que pensará que no volvería a ver su argolla, descubrió meses después gracias a un buceador que un pequeño pez era el nuevo dueño del anillo.
Resulta que la argolla de Reeves terminó incrustada en el cuerpo de un pececillo, según revelaron una serie de imágenes publicadas por medios locales, en donde se ve al pequeño ser marino, nadando con el anillo enredado a su cuerpo como si de un collar se tratara.
Reeves perdió su anillo cuando junto a su esposa, Suzie Quintal, decidieron visitar la isla de Norfolk y un día mientras estaba nadando, notó que se había extraviado su sortija, intentó buscarla sin éxito, solo para que meses después se llevará una gran sorpresa.
"Solo me preocupa el pez"
Luego de que la historia se volviera viral, los habitantes de la isla ofrecieron su ayuda al matrimonio, por lo que armados con redes, equipos de buceo, detectores de metales y barcos con fondo de cristal, emprendieron la búsqueda del anillo con un valor de unos mil dólares, pero no se tuvo éxito sino hasta cinco meses después, cuando una buceadora llamada Susan Prior encontró el anillo alrededor del cuerpo de una lisa.
Ahora el problema es recuperarlo pues el metal solo se puede quitar atrapando el pez con una red y sacándolo suavemente, dijo la buceadora que añadió "solo me preocupa el pobre pececillo".
SSB