A lo largo de la historia muchas guerras han acontecido por diferentes causas y motivaciones, todas con la misma constante, la participación humana, sin embargo, existen registros de un conflicto bélico en la que la raza humana no fue la protagonista, sino que un grupo de chimpancés fueron los que se masacraron unos a otros.
Denominada como la “Guerra de los 4 años” o “Guerra de Gombe”, este brutal acontecimientos es considerado como la única guerra documentada entre animales, un hecho insólito hasta la actualidad.
[nota_relacionada id=1057776]
Un brutal asesinato el detonante
Fue el 7 de enero de 1974 que este conflicto entre chimpancés dió comienzo en el Parque Nacional de Gombe, en Tanzania, dicha disputa fue desencadenada después del asesinato de Godi, un joven chimpancé que comía en solitario sobre las ramas de un árbol, sin darse cuenta de que mientras merendaba, ocho monos lo habían rodeado.
“El ataque duró más de cinco minutos y para cuando lo dejaron ir, apenas podía moverse", contó el primatólogo británico Richard Wrangham para la BBC de Londres.
Fue la célebre primatóloga Jane Goodall, quien documentó estos terribles hechos en un período comprendido entre 1974 y 1978.
La experta que arribó a Gombe una década antes del conflicto, señala que las batallas, los choques y las escaramuzas son habituales entre estos animales, aunque normalmente el conflicto nace por la voluntad de conseguir la supremacía del grupo, por lo que hasta entonces no se conocía tal grado de violencia premeditada entre primates (a excepción del ser humano).
[nota_relacionada id=1040426]
Norte contra el Sur
Para entender el conflicto en toda su magnitud se debe entender que el reinado de Mike, el macho alfa de la único grupo de chimpancés que existía en el parque nacional hasta entonces, iba a terminar, por lo que una disputa entre los jóvenes más fuertes de la manada se avecinaba.
Sin embargo, esto no ocurrió y pronto los científicos que observan a la manada se vieron sorprendidos ante el autoexilio de seis de 14 machos adultos al sur, siendo Hugh, Charlie y Goliath, los primeros en partir, seguidos de Sniff, un adolescente con mucho potencial, que se llevó con él a tres hembras adultas y sus crías.
Este acto es considerado como la creación de la resistencia o el clan Kahama, que tomó como territorio el sur del parque, mientras que el clan original conocido como Kasakela, continuó habitando el norte del territorio.
De este modo dio comienzo la única guerra entre animales de la que se tiene registro, una batalla despiadada donde estos primates usaron todos sus conocimientos para secuestrar, torturar y asesinar a machos y hembras de ambos bandos.
Si bien estos hechos permitieron probar que el conflicto entre grupos de primates existe y pueden resolverse de forma muy violenta, ahora los expertos pueden confirmar que la primera guerra civil entre primates fue consecuencia de la insaciable voluntad de conquistar un territorio ajeno, de la ambición, los celos, y las ansias de poder.
[nota_relacionada id=935169]
Predisposición genética a la violencia
El profesor Richard Wrangham de la Universidad de Harvard, apoyó a Jane Goodall a formular la teoría de que chimpancés y humanos comparten la predisposición genética a la violencia, una teoría sustentada y documentada en su libro Demonic Males: Apes and the Origins of Human Violence.
Justamente en semanas recientes un grupo de investigadores del Instituto Jane Goodall, revisaron el caso corroborando que las alianzas entre los 19 machos del grupo primario se rompieron por algo más que los suministros de bananas limitados, siendo la idea de poner rangos entre ellos lo que los vuelve violentos.
Es así que la conclusión de estas investigaciones gira entorno a una predisposición genética a la violencia, detonada en gran medida por la necesidad de dominio y posesión, características que podrían señalarse como un rasgo evolutivo que poseen los primates desde el inicio de los tiempos.
https://www.facebook.com/elheraldodemexico/posts/904193450063567
Por: Redacción Digital El Heraldo de México
ssb