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Sueño tzotzil: El tejedor mexicano que irá al New York Fashion Week

EN FEBRERO VIAJARÁ A NUEVA YORK PARA PRESENTARSE EN EL NEW YORK FASHION WEEK Y DICTAR UNA CONFERENCIA EN LA UNIVERSIDAD DE HARVARD

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El primer trabajo de Alberto López fue ayudar a su mamá en el campo; tenía apenas tres años cuando aprendió a "chaporrear" (cortar maleza), en los cafetales de su natal Aldama, Chiapas, explicó el joven diseñador que teje en telar de cintura y que en febrero se convertirá en el primer indígena mexicano en presentar sus diseños en el New York Fashion Week e impartir una conferencia sobre racismo y exclusión en la Universidad de Harvard.

Su infancia y adolescencia la combinó entre la escuela y el corte de caña, además de ayudar a cargar leña; así creció el joven tzotzil, en una comunidad donde sus habitantes se dedican principalmente a la siembra de maíz, calabazas y chilacayotes para auto consumo.

"Mi papá falleció hace muchos años, no lo conocí y mi mamá buscaba trabajos en chaporreos; salíamos de casa desde las cinco de la mañana y trabajábamos hasta las seis de la tarde, la paga era de 35 o 50 pesos", recordó.

[caption id="attachment_813562" align="aligncenter" width="720"]ALBERTO_LOPEZ_artesanos HILOS. "El amor de los hilos crece a través de las plantas y terminan vistiéndote". Foto: Especial[/caption]

A los veinticinco años, Alberto puso un alto a su estilo de vida. Decidió confesarle a su madre el deseo de aprender a tejer, una actividad que en su comunidad sólo la pueden hacer las mujeres. Así, una mañana, al levantarse para ir a trabajar al campo, se armó de valor y le pidió que lo apoyara a cumplir su sueño.

"Desde los ocho años me llamaron la atención los tejidos de mis hermanas, admiraba su trabajo y siempre me mantenía cerca de ellas, pero no les podía decir que me enseñaran ya que yo trabajaba en el campo, no tenía tiempo, incluso no podía asistir todos los días a la escuela porque mis hermanos me llevaban a trabajar".

[caption id="attachment_813564" align="aligncenter" width="960"] TELAR. Con él se crea la tela, los bordados se tejen a mano. Foto: Especial[/caption]

El joven de 31 años, sólo pudo estudiar hasta la preparatoria y uno de sus sueños era ser doctor, pero la falta de recursos económicos se lo impidió; sin embargo, el telar de cintura le dio la posibilidad de apoyar a su familia y de construir nuevos objetivos, como escribir un libro y dignificar el trabajo de las mujeres de su comunidad.

Con su trabajo como tejedor y diseñador logró erradicar el estigma de que los hombres no deben aprender a usar un telar porque su principal función debe ser trabajar en el campo.

[caption id="attachment_813569" align="aligncenter" width="640"]artesanos_alberto lopez Aldama es una pequeña comunidad de Chiapas; cuenta con una superficie de 26.57 kilómetros cuadrados. Foto: Especial[/caption]

"Eso me hace sentir orgullo, porque al final vieron que tejer no sólo es para las mujeres, quiere decir que estamos rompiendo la cadena del machismo, mi trabajo está funcionando".

Incluso ahora niños y adolescentes lo buscan para aprender este oficio:

"Ahora los jóvenes también están aprendiendo a trabajar en el telar, ha cambiado la forma de verse, los hombres le ayudan a sus esposas. Estoy viendo que van respetando a los que queremos tejer", contó.

Alberto es el menor de seis hermanos, cuatro hombres y dos mujeres; nunca imaginó que su trabajo cambiaría el contexto social en su comunidad ya que él sólo busca ayudar a su familia de manera económica.

"No sabía ni cuándo, ni cómo, pero estaba seguro que cambiaría la forma de pensar de mi comunidad. Sabía que algún día iba a llegar este momento, era mi ilusión y sueño, lo estoy logrando y sigo luchando".

[caption id="attachment_813571" align="aligncenter" width="960"]artesanos_chiapas 30 mil pesos es el valor estimado de un huipil. Foto: Especial[/caption]

El próximo 29 de enero Alberto viajará a Estados Unidos para presentar sus diseños en NY, un viaje que nunca estuvo en sus planes.

"Es la primera vez que viajo fuera del país, nunca me imaginé que llegaría hasta allá, la gente de la comunidad está contenta porque también los voy a representar".

A su regreso de Nueva York, el tejedor y diseñador tzotzil quiere cumplir dos deseos más: viajar a Europa y construir un museo en donde se muestre el trabajo de sus compañeras de la comunidad.

"Hay huipiles antiguos que están guardados en las iglesias, quiero rescatarlos porque hay distintos estilos de brocado que ya no se hacen y en un futuro me gustaría construir una tienda en Aldama, para que las mujeres trabajen y tengan en dónde vender".

[caption id="attachment_813575" align="aligncenter" width="1280"]ALBERTO_LOPEZ Alberto aprendió a hablar español para incrementar las ventas de sus huipiles. Foto: Especial[/caption]

En este sentido, Gustavo Prado, investigador de moda y escritor de Mextilo, dijo que el trabajo de Alberto López tiene una gran transcendencia ya que por primera vez se valora el esfuerzo de un diseñador indígena.

[caption id="attachment_813580" align="aligncenter" width="678"] Los huipiles son de lana de borrego, teñidos en tintes naturales y de algodón. Foto: Especial[/caption]

"Normalmente los diseñadores se dan a la tarea de ir a las comunidades y rescatar a los artesanos, en el caso de Alberto, por primera vez, en lugar de que alguien vaya y rescate al artesano, el artesano se rescata a sí mismo y se da el lugar que debe tener, el que merece".

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Por Arturo Vega Vivanco

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