Rafael Caro Quintero conocido como “El Narco de Narcos” fue acusado de asesinar al agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena Salazar y al piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar en el año de 1985.
Fue uno de los fundadores del llamado Cártel de Guadalajara, y además de ser uno de los capos más importantes en los años 80’s, Caro Quintero llamó la atención por sus amoríos.
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¿Quiénes fueron las mujeres de Caro Quintero?
María Elizabeth Elenes
La primera esposa de Rafael Caro Quintero se llama María Elizabeth Elenes Lerma, con ella tuvo cuatro hijos: Héctor Rafael, Henoch Emilio, Mario Yibran y Roxana Elizabet.
Su primera esposa, es investigada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, pues está señalada como parte de la red de lavado de dinero de Caro Quintero, mientras que sus cuatro hijos también son investigados pues han sido acusados de ser prestanombres de su padre.
Sara Cosío Vidaurri
Poco se sabe de la vida de Sara, se conoce que es hija del entonces secretario de Educación de Jalisco, César Cosío Viadurri, y sobrina de quien fuera gobernador del mismo Estado de 1989 a 1992, Guillermo Cosío Vidaurri.
Cuentan que cuando “El Narco de Narcos” conoció a Sara se enamoró perdidamente de ella .
Personas cercanas a Sara han revelado que lo que enamoró a Caro Quintero de ella fue su carácter caprichoso, e incluso antes de tener una relación con él, la sobrina del exgobernador de Jalisco le hizo algunos desplantes.
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Sin embargo, dado a que Caro Quintero estaba huyendo del país por el asesinado de “Kiki” Camarena; existen versiones que el capo “secuestró” a Sara y otras más aseguran que ella lo acompañó por decisión propia.
Lo cierto es que un descuido de Sara provocaría la captura del “Narco de Narcos”, pues el 2 de abril de 1985, Sara contactó a sus familiares mediante una llamada telefónica, ésta sería la clave para localizar la ubicación de ambos.
A los dos días de esta llamada, el 4 de abril de 1985, Rafael Caro Quintero fue detenido en La Quinta La California, dentro de la comunidad de San Rafael de Ojo de Agua en Alajuela, Costa Rica.
Junto a él fueron capturados, otros capos de menor rango y junto a ellos se encontraba Sara Cosío, quien, supuestamente se encontraba acostada semidesnuda en una cama.
Una crónica publicada por la Revista Nexos y firmada por Carlos Monsiváis menciona una carta firmada presuntamente por Sara Cosío Vidaurri, donde la joven le escribe unas palabras de amor al capo.
“Rafael: aunque todo haya sido tan alocadamente, tú te portaste muy bien y la verdad eres bien bueno, nada más que quieres hacerte el malo, pero me trataste con mucho respeto y cariño. Por eso vas a ver que no pienso quedarte mal y quiero que te portes bien y te cuides mucho, eh. De todas maneras gracias y nunca lo vamos a olvidar. Sara”.
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Diana Espinoza Aguilar
Luego de ser detenido en Costa Rica, Caro Quintero ingresó al penal de Puente Grande en Jalisco, ahí conoció a Diana Espinoza Aguilar, una reina de belleza que fue recluida en el año de 2008.
Se dice que “El Narco de narcos” quedó sorprendido por la belleza de Diana durante un certamen de belleza dentro del penal, en el que ella ganó y de acuerdo a una entrevista que dio la mujer, ellos se conocieron por una amiga.
“Lo conocí por una amiga que llevaba bandas musicales a la cárcel de mujeres. Yo fui reina de la cárcel, y fue así que él me vio; me vio como una reina de belleza”.
Diana salió libre en el año 2011 al cumplir su condena, sin embargo, esto no fue impedimento para seguir en contacto con Caro Quintero, quien al ser liberado por una falla en su proceso en 2013, supuestamente ambos se reencontraron y vivieron juntos hasta que se volvió a solicitar su aprehensión.
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En 2016, Diana fue agregada a la lista negra de cabecillas del narcotráfico emitida por Departamento del Tesoro de Estados Unidos de América, a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro (OFAC), pues al parecer la reina de belleza, realizó diversas transacciones acreditándose como pareja de Rafael Caro Quintero, y así registrar algunos de los bienes del capo a su nombre, mismos que presuntamente fueron adquiridos con ganancia del narcotráfico.
Por: Redacción Digital El Heraldo de México
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