Lily Margolis Krantz dirige esta institución, líder en el área de discapacidad, cuyos objetivos se centran en defender la equidad, la igualdad de trato y el respeto hacia las diferencias.
Estudió educación especial y siempre fue sensible a este tema. Luego se dedicó a vender material educativo, hasta que un día vio un anuncio de la comunidad judía que invitaba a conformar una organización para personas con discapacidad, se inscribió, le gustó y se unió al proyecto.
Así nació Kadima.
https://www.youtube.com/watch?v=ZddogfO8FMM
¿Cómo fue el arranque?
Yo no sabía que en la comunidad había tantas personas con discapacidad, y al principio fue muy difícil, pues en ese entonces este tema se abordaba de forma diferente. La gente tenía miedo al rechazo. Empezamos con tres chavos con discapacidad que querían integrarse a la sociedad.
¿Cómo funciona Kadima?
Apoyamos desde recién nacidos hasta personas de la tercera edad. Tenemos 250 personas, el más grande tiene 64 años. Nuestros servicios están clasificados de acuerdo a la edad y a las necesidades de cada uno de nuestros integrantes.
¿Cuál es su misión?
Promover el crecimiento e independencia de las personas con necesidades especiales, creando oportunidades de inclusión y participación en un marco de dignidad y respeto que les permita alcanzar su máximo potencial y autonomía.
¿En qué sentido se trataba diferente a las personas con discapacidad?
Se les excluía, aislaba y rechazaba.
¿Cómo te diste cuenta de que parte de la solución estaba en el trato hacia las personas con discapacidad?
Me tocó verlo con un amigo. Él estudió, se casó y salió adelante con la ayuda de sus familiares y amigos. Cuando la familia y todos alrededor ponen su granito de arena, funciona.
¿Cuál es el mayor reto para alcanzar una sociedad más incluyente?
Combatir la falta de información y motivar a la gente para que se ocupe y preocupe por los demás. Ver lo que pasa con las minorías e involucrarse con las causas. También que se incluya a la gente con discapacidad en todas las áreas. El que hoy tengamos la fortuna de no tener una discapacidad no nos exime de tenerla en el futuro.
¿Qué planes tienen a futuro?
Crear una estancia para los adultos mayores que pierden a quienes los cuidan y no tienen en dónde vivir. También apoyar al Centro de respiro familiar, que es un lugar para niños en edad escolar, cuyos padres por algún motivo no pueden atenderlos, con espacios de desarrollo y recreación. Aquí los pequeños pueden asistir en fines de semana o periodos vacacionales, que no excedan los tres meses.
POR BRENDA JAET