Elías Harari: Proyecto Camina

  ¿Qué mensaje crees que aporta tu historia? Mi historia es de luz, amor y esperanza, pero, sobre todo de aprendizaje concerniente al tema de la negligencia médica. Fui víctima de malas prácticas, de malos diagnósticos y falta de sensibilidad después del accidente que sufrí. Descubrí una fuerza muy poderosa dentro de mí para salir adelante. Creo que todos la tenemos. Me imagino que en su momento te enojaste con la vida ¿Cómo saliste adelante? Hubo mucho enojo y frustración. Después de dos cirugías y haber regresado literalmente de la muerte, el doctor me dijo que sería como un bulto y que necesitaría ayuda para hacer todo. Me negué a esa realidad y me fui a Rochester, NY, con un especialista que me explicó que gran parte de mi parálisis se debía a la negligencia y a que las operaciones estaban mal hechas y que una de ellas era innecesaria. Me quedé tres meses con él hasta que pude ser independiente y hacer cosas como mover las manos, comer solo e ir al baño. Hoy, esa es mi motivación y sé que así como volví a mover mis manos, un día voy a volver a caminar. https://youtu.be/8vnQKWUwiFQ Luego del accidente, ¿tomaste algún tipo de terapia? No, nunca. Hasta 23 años después. Lo que más me ayudó fue lo espiritual. Antes del accidente tenía la creencia de que los psicólogos no servían para nada, hoy estoy estudiando Logoterapia. Pasados los años y tras mi divorcio fue que empecé a asistir a terapia, retiros espirituales, sesiones de coaching y cábala. ¿Y de amores y desamores? Me costó trabajo. Muchas mujeres no querían salir conmigo por mi silla y eso me dolía. Tuve algunas novias, hasta que encontré a la persona con la que me casé. Tuvimos cuatro hijas y después nos divorciamos. Hoy estoy soltero. Tienes cuatro hijas, platícanos de ellas: Son lo mejor de mi vida. Creí que nunca iba a ser papá. Son mi alegría y me han ayudado a conocerme mejor. Hannah, la más pequeña, tiene Sín- drome de Down y es mi más grande maestra. Tienes una fundación, Proyecto Camina, cuéntanos de ella: Proyecto Camina es mi inspiración, mi motor. Mi labor ahí es ayudar a través de la ciencia. Uno de nuestros grandes objetivos es trabajar para que otras personas puedan volver a caminar. Mientras que el Dr. Madrazo y el Dr. Ducker, quienes son pioneros en la búsqueda de la cura del Parkinson, son los responsables de la investigación sobre la regeneración de la médula espinal en la fundación, que este año cumple 30 años. ¿Cuál es tu fin en la vida? Vivir, honrarme y ayudar a otros a encontrar el sentido de su vida. ¿Cambiaste después del accidente? Todo cambió, mi entorno, mis amistades mi postura ante la vida, todo. Considero que hoy soy mucho mejor persona, una más sensible, espiritual. Ahora valoro mi cuerpo, cuido mi salud, trato de vivir la vida al máximo, como si se tratara de mi último día. POR BRENDA JAET