La IA está cambiando rápidamente el mundo, incluyendo cómo trabajamos, aprendemos, curamos enfermedades y tomamos decisiones. Esta región, América Latina y el Caribe, jugará un papel importante en la transformación, pero su impacto positivo dependerá de nuestra capacidad para prepararnos, invertir y actuar oportunamente.
En los próximos cinco años, la IA podría impulsar sectores clave como salud, educación, agricultura, justicia y medio ambiente. Sin embargo, también hay desafíos que debemos superar para no estar atrás de Europa, Norteamérica y Asia.
La IA no es solo una herramienta. Es una oportunidad para cerrar brechas, para resolver problemas históricos, para crear un futuro más justo e inclusivo. Pero también es un riesgo si no actuamos con visión, con ética y con compromiso.
Hoy, tenemos la posibilidad de que América Latina no solo consuma tecnología, sino que la desarrolle, la regule y la lidere.
Desafíos actuales:
Conectividad digital: 30% de la población latinoamericana carece de acceso a internet de calidad, excluyendo a zonas rurales, comunidades indígenas y regiones marginadas de los beneficios de la IA en educación, salud y servicios públicos.
Infraestructura tecnológica: La dependencia de servidores extranjeros para el procesamiento de datos aumenta costos y riesgos para la soberanía digital, a pesar de los avances de Brasil y México en centros de datos.
Déficit energético: El alto consumo eléctrico de los sistemas de IA plantea un desafío, dado que muchos países latinoamericanos enfrentan cortes de energía e inversiones limitadas en energías renovables.
Escasez de talento especializado: La falta de ingenieros, científicos de datos y jóvenes capacitados en IA obstaculiza la innovación y fomenta la fuga de talento.
Falta de marcos normativos: La ausencia de leyes específicas sobre ética en IA, protección de datos y de derechos humanos genera incertidumbre y riesgos.
Pero también hay enorme oportunidad. Desde la Alianza Nacional de Inteligencia Artificial (ANIA) proponemos cinco prioridades en política pública:
Estrategia nacional de IA: Diseñar una estrategia con visión de estado a largo plazo y participación de múltiples sectores.
Inversión en educación, investigación y talento: Sin talento local no hay soberanía tecnológica. Es prioritario la generación de capacidades en todos los niveles educativos.
Infraestructura tecnológica y acceso equitativo: Asegurar que todos sin exclusión tengan acceso al futuro digital. Invertir en infraestructura digital como centros de datos e implementar una política y gobernanza de datos.
Leyes éticas y responsables: Crear marcos normativos que protejan derechos humanos en uso de la IA.
Cooperación regional e internacional: Fomentar la colaboración para abordar los desafíos transfronterizos. La IA no conoce fronteras, y la mejor forma de avanzar es hacerlo juntos.
POR ALEJANDRA LAGUNES
COLABORADORA
@ALELAGUNES
MAAZ