En México y el mundo… ¡la agenda es de género! Así lo comprobamos en la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por sus siglas en inglés), que del 10 al 21 de marzo reunió a activistas y funcionarias de casi 200 países en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York para analizar los avances y pendientes a 30 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing.
Con delegaciones de países provenientes de los cinco continentes se abrieron discusiones sobre temas conocidos de este lado del mundo, como el combate a la violencia machista en el espacio digital. Pero también, y ahí estuvo para mí la mayor riqueza de la experiencia, sobre otras realidades, lejanas en kilómetros pero cercanas al corazón de quienes hemos decidido dedicar nuestro servicio a la defensa de las niñas y mujeres.

Colegas de Afgantistán compartieron, por ejemplo, el dolor de sufrir en primera persona la prohibición de estudiar o hablar en público; el miedo de abrir una escuela clandestina en su hogar; la indignación ante la inacción de la comunidad internacional por los abusos talibanes. Compañeras de Sudán del Sur, en guerra civil desde el 15 de abril de 2023, estremecieron la sala con sus relatorías sobre los abusos a lo cuales son sometidas en contextos de conflicto armado; el cuerpo como botín de guerra, desde hace milenios ¿y cuánto tiempo más?
Son esas las historias que nos sacuden y permiten dimensionar los desafíos a nivel global. También son buen insumo para responder en la esfera pública o la sobremesa a quienes dicen que el feminismo nada más está de moda o ya es exageración. Cinco minutos con cualquiera de esas ponentes y no solo se te hiela la sangre, se te congela el habla superficial.

Quizá por eso Sima Bahous, Secretaria General de ONU Mujeres, es tan firme cuando llama a no permitir ni un centímetro más de lo que hoy la literatura feminista denomina gender backlash, la reacción conservadora y patriarcal orquestada desde la hostilidad y el resentimiento para echar abajo los derechos de las mujeres. Coincidí con ella en una reunión convocada por la delegación griega y me impresionó saber a través de su voz que uno de cada cuatro países ya registran retrocesos en materia de género.
Desde Ola Violeta estamos convencidas de que el tiempo de mujeres debe ser local, nacional y global. Sin acciones cotidianas y contundentes, seguirá siendo mucho discurso y poca realidad; hoy no sólo urge detener esos pasos hacia atrás sino acelerar los resultados porque no podemos esperar los 131 años que el Foro Económico Mundial estima para alcanzar la igualdad. Es ahora.
POR MARÍA ELENA ESPARZA GUEVARA
@MAELENAESPARZA
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