DESDE AFUERA

Sheinbaum y la "Espada de Damocles"

De acuerdo con un reporte, "las actividades militares (estadounidenses) muestran claros esfuerzos para recopilar inteligencia que podría usarse para combatir a los cárteles

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Los reportes sobre la presencia de aviones de espionaje y barcos de la Armada estadounidense en aguas internacionales del Mar de Cortés provocaron el martes y miércoles temores sobre la posibilidad de que el gobierno del presidente Donald Trump se alistara a cumplir su amenaza de atacar militarmente a los cárteles mexicanos de la droga.

De acuerdo con un reporte, "las actividades militares (estadounidenses) muestran claros esfuerzos para recopilar inteligencia que podría usarse para combatir a los cárteles, aunque no indican que un ataque estadounidense en suelo mexicano sea inminente".

Pese a la especulación sobre las posibilidades de un ataque con misiles contra objetivos en Sinaloa y afirmaciones sobre las presuntas violaciones de aguas territoriales y espacio aéreo, la reacción del gobierno mexicano fue tranquila.

Después de todo, ya el fin de semana hubo llamadas telefónicas del nuevo Secretario de Defensa, Peter Hegseth, con sus contrapartes mexicanos de Defensa y Marina.

Según las autoridades mexicanas, en el pasado se han llevado a cabo actividades de reconocimiento similares, que se ajustan a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Washington desplegó aviones RC-135 Rivet Joint y P-8 Poseidón, diseñados para realizar vuelos de inteligencia, vigilancia y reconocimiento.

La preocupación creada habla, sin embargo, de la sensibilidad en la  situación de las relaciones bilaterales desde la llegada de Donald Trump al poder y sus amenazas en torno a temas como el combate al narcotráfico y la colaboración para detener flujos migratorios.

Uno de los primeros actos de Trump fue firmar una orden ejecutiva (decreto presidencial) que define a los cárteles del narcotráfico como "organizaciones terroristas", que según la ley estadounidense le daría la autoridad para combatirlos por medios violentos sin necesidad del permiso del Congreso.

El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum está obligado a sopesar cada respuesta y medir cada reacción, tanto por la asimetría de poder como por la importancia para México de la relación comercial con Estados Unidos.

Es una formulación pragmática. Aunque, por un lado, hay un grado de inquietud respecto a las intenciones del gobierno de Trump y sus necesidades de política doméstica, la única opción viable para el lado mexicano es mantener la cabeza fría y no caer en actitudes que al final resultan políticamente desastrosas, como ocurrió al presidente colombiano Gustavo Petro en su choque con Trump.

El punto es importante porque evitar la imposición de tarifas comerciales, ahora en suspenso como "Espada de Damocles", es de importancia primordial para México, las cuestiones de migración y drogas son las que mueven a la opinión pública estadounidense y llevan a presiones que los funcionarios de ese país trasladan al gobierno mexicano en forma de demandas como la de "entregar cabezas" de funcionarios vinculados con los cárteles. 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS   

COLABORADOR    

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM                                             

@CARRENOJOSE

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