IRREALISMO LÓGICO

La estafa del sueño americano

No sabemos qué disparates se le van ocurrir mañana a Trump

OPINIÓN

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Alejandro Almazán / Irrealismo lógico / Opinión El Heraldo de México
Alejandro Almazán / Irrealismo lógico / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Cortesía

Donald Trump y sus secuaces tratan de convencernos de que el deterioro de su país ha sido provocado por un cierto tipo de migrante, por el tráfico de fentanilo y por los grupos criminales que asolan a algunas regiones en México. Pero no. Lo que está detrás de los amagos arancelarios es la gran estafa que ha resultado “la expresión más acabada de la sociedad de consumo neoliberal” (como dice la docente Alba Carosio): the american way of life.

Primo hermano del ‘sueño americano’, he aquí algunos números que sugieren indicios del engaño que es: El 1% de la población, 3.3 millones de personas, concentra la riqueza de Estados Unidos. Siete de cada 10 dólares que adeudan los estadounidenses son para abonar a la hipoteca; con el resto sobrellevan los préstamos automotrices y los pagos de tarjetas o colegiaturas. La cifra de personas sin hogar aumentó 18% en comparación con 2023. Es primer lugar en obesidad. El 37% de las personas comen comida chatarra todos los días. Más de 100 millones adeudan servicios de salud.

Tiene el 25% de la población carcelaria del planeta. Hay 120 armas de fuego por cada 100 habitantes, lo que significa que es el único país con más armas que ciudadanos. En 2024 ocurrieron 487 tiroteos masivos con un saldo de 15 mil 998 víctimas; es decir: nuestro vecino registró un tiroteo al día, con al menos cuatro víctimas (ayer mismo ocurrió otro). Las sobredosis de fentanilo (8.5 muertes por hora) y de opioides autorizados por la FDA, el suicidio y el homicidio (5.5 por hora) estuvieron entre las principales causas de muerte en 43 de los 50 estados, para el mismo corte etario, entre 2020 y 2021.

En 1960, la participación de Estados Unidos en el Producto Bruto Global era del 40%; en 2024 alcanzó el 25,95%. En 1977, el dólar era la moneda predominante en las reservas del 85% del mundo; ahora es del 59%. Además, Estados Unidos no se encuentra dentro de los primeros 20 países más felices del planeta.

Diría el clásico: “¡la economía, estúpido!”.

El neoliberalismo que implementó Ronald Reagan en la década de 1980 trajo consigo que la riqueza dejara de distribuirse de forma equitativa, que se privatizara la salud, que se cancelaran otros derechos sociales, que la clase media se endeudara para sostener estándares imposibles de consumo o que abundaran los empleos marginales, entre otras consecuencias negativas que fomentaron, en términos de la filósofa Nancy Fraser, “un neoliberalismo progresista” que deterioró el bienestar interno.

Esta decadencia explica, en gran medida, por qué Trump ganó por segunda vez: porque el trumpista cree que su presidente atenderá las contrariedades del modelo económico, pero a Trump qué carajos le va a importar que su votante pueda pagar la tarjeta de crédito. Él gobierna para la oligarquía y para desmantelar lo que queda del Estado. Por eso crea enemigos: porque sus medidas son más proteccionistas que estructurales y necesita ganar la narrativa, aunque ponga al mundo en vilo.

No sabemos qué disparates se les va a ocurrir mañana a Trump y a sus amigos fascistas (estamos de acuerdo de que son tontos pero bandidos). Lo que sí sabemos es que intentarán, una y otra vez, culpar a México (y al universo) de los males que ha ocasionado el neoliberalismo. Por ahora, la Presidenta Sheinbaum se ha plantado exitosamente ante las primeras exigencias. Incluso ha logrado que empresarios y algunos comunicadores de la derecha la respalden (aunque no han faltado los vendepatria de siempre).

Las imágenes de migrantes mexicanos manifestándose en diversas ciudades de Estados Unidos o la inesperada y orgánica campaña en redes de consumir lo Hecho en México son indicios de que la Presidenta cuenta con la mayoría del pueblo. No en balde su popularidad es del 81%. Ojalá que el Plan México nos haga menos codependientes de la desastrosa economía gringa o seguiremos padeciendo políticas injerencistas.

POR ALEJANDRO ALMAZÁN

COLABORADOR

@ELALEXALMAZAN

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