LA ENCERRONA

Cifras, calma y cabeza fría

Sheinbaum ha dado un primer paso con firmeza, pero aún resta mucho por caminar: 30 días para seguir mostrando las cifras de intercambio comercial

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de México
Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

“Fue una conversación muy amistosa en la que Claudia Sheinbaum aceptó enviar de inmediato 10 mil soldados mexicanos a la frontera que separa a México de los Estados Unidos…”: Donald Trump

Días convulsos se han vivido en América del Norte, pues no solo México y Canadá han padecido las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, también al interior de la Unión Americana se sintió el sismo comercial.

Muestra de ello fueron las variaciones a la baja en Wall Street, la carta de las y los legisladores demócratas dirigida al Ejecutivo pidiéndole reconsiderar su decisión arancelaria y que desde Beijing comenzaran a mover sus piezas para posicionarse aún mejor en el mercado americano, sin EUA, claro. Ya pasada la turbulencia, tenemos que revisar esta “pausa” de treinta días y cómo abordar el siguiente terremoto del primero de marzo.

Primero lo tangible, los números. México es el principal proveedor de frutas y verduras de Estados Unidos, solo el año pasado importó productos agrícolas mexicanos por un valor de 46 mil millones de dólares; Canadá vendió a su vecino del sur bienes petroleros y gasíferos por aproximadamente 97 mil millones de dólares.

El segundo producto más importado desde Canadá, hasta noviembre de 2024 fue el rubro de vehículos motorizados, por un total de $34 mil millones de dólares. México y Canadá son los principales proveedores de acero de Estados Unidos, país que, en diciembre de 2024, importó un total de 2,123 millones de toneladas netas, de las cuales 521 mil provinieron de Canadá y 327,000 de México.

Ahora la retórica, las amenazas trumpeanas. El magnate neoyorquino ha sido muy consistente en sus amenazas comerciales, pero siempre con la mira en otros temas fuera de lo económico, sobre todo con nuestro país: mantener la tasa arancelaria a cambio de negociar migración, seguridad y tráfico de drogas. Revolver tópicos le ha resultado bien -discursivamente- desde su primera administración, cuando con la misma amenaza arancelaria logró que López Obrador modificara por completo su discurso y su política migratoria. Con Sheinbaum podría parecer igual, pero existen varias diferencias.

En sus comunicados posteriores a la pausa del alza de aranceles los tres mandatarios comunicaron salir “victoriosos”. Trudeau, con la mira puesta en las elecciones a llevarse a cabo en unos meses, mandó un mensaje claro: “Canadá está implementando un plan fronterizo [...] mejorando la coordinación con nuestros socios estadounidenses y aumentando los recursos para detener el flujo de fentanilo”. Trump se dijo “victorioso” pues tanto Canadá como México habían cooperado para la seguridad de Estados Unidos. Por su parte, Sheinbaum también se mostró grandilocuente en decir que -aunque enviará a 10 mil integrantes de la Guardia Nacional a la frontera para detener el tráfico de fentanilo e indocumentados- logró que “Estados Unidos se compromete a frenar el tráfico de armas a México” y, claro, a pausar los aranceles.

Así, los antes llamados “tres amigos”, en la actualidad Canadá y México se encuentran ante el bully del salón, quien sólo postergó el golpe, pero sigue con las amenazas. Ahora, los gobiernos de Canadá y México cuentan con un mes para cumplir los acuerdos con Trump, para anticipar que él no los cumplirá y seguir con “calma y cabeza fría” como bien lo dijo la presidenta mexicana. Sheinbaum ha dado un primer paso con firmeza, pero aún resta mucho por caminar: 30 días para seguir mostrando las cifras de intercambio comercial, la simbiosis cultural y las ventajas geopolíticas para convencerlo de que nosotros, México y Canadá, no somos los enemigos. 

ADRIANA SARUR 

COLABORADORA   

ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM   

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