COLUMNA INVITADA

Niñas que sueñan, mujeres que cambian el mundo

Celebremos y apoyemos sus sueños. Porque el descubrimiento más grande no está solo en el universo o en los laboratorios, sino en cada niña que se atreve a imaginar un mundo diferente

OPINIÓN

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Dr. Héctor Alejandro Cabrera Fuentes / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México
Dr. Héctor Alejandro Cabrera Fuentes / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Cuando una niña mira el cielo y se pregunta por qué brillan las estrellas, cuando mezcla colores en un frasco y descubre nuevas combinaciones, o cuando construye con piezas pequeñas una estructura que desafía la gravedad, está dando sus primeros pasos en la ciencia. La curiosidad es innata, pero para que florezca, necesita un entorno que la alimente y la impulse.

Este 11 de febrero, en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, recordamos que la ciencia es para todos, pero no todos han tenido las mismas oportunidades para acceder a ella. A lo largo de la historia, las mujeres han hecho descubrimientos que han cambiado el mundo, desde Marie Curie, la pionera en la radiactividad, hasta Rosalind Franklin, cuya investigación fue clave para entender el ADN. Sin embargo, muchas niñas hoy en día aún enfrentan barreras que les impiden soñar con ser científicas.

México y el mundo necesitan más mujeres en la ciencia. No por una cuestión de igualdad estadística, sino porque la diversidad de pensamiento es la clave de la innovación. Cuando más niñas y mujeres participan en la investigación, surgen nuevas ideas, nuevas preguntas y soluciones.

El problema es que muchas niñas abandonan su interés por la ciencia antes de los 10 años. No porque no sean capaces, sino porque la sociedad aún envía mensajes erróneos: que la ciencia es difícil, que no es un espacio para ellas, desigualdad de oportunidades, que su papel está en otro lugar. Es momento de romper esos mitos.

¿Cómo motivamos a la próxima generación?

  1. Mostrémosles referentes femeninos en la ciencia. Si las niñas ven a mujeres como ellas haciendo descubrimientos, entenderán que también pueden hacerlo.
  2. Fomentemos la curiosidad y el pensamiento crítico. La ciencia no se enseña solo en laboratorios; se aprende en casa, en la escuela, en cada pregunta que un adulto responde con entusiasmo.
  3. Crear espacios de aprendizaje accesibles. Ofrecer talleres gratuitos que garanticen que ninguna niña con talento se quede sin oportunidades.
  4. Crear una beca similar a la de ¨Jóvenes construyendo el futuro¨, para jóvenes de secundaria y preparatoria con orientación a las mujeres en la ciencia.
  5. Eliminar los “techos de cristal” que dificultan el acceso de la mujer a posiciones directivas en la ciencia.

Hoy, una niña está observando una mariposa con la misma fascinación con la que un día lo hizo Darwin. Otra está programando su primer robot sin saber que, en unos años, podría revolucionar la inteligencia artificial. Cada niña que sueña con la ciencia es una posibilidad de cambio para el mundo.

Celebremos y apoyemos sus sueños. Porque el descubrimiento más grande no está solo en el universo o en los laboratorios, sino en cada niña que se atreve a imaginar un mundo diferente.

Por Dr. Héctor Alejandro Cabrera Fuentes

Profesor Investigador, CIINBIOH, Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.

Asesor Científico, Tecnológico Nacional de México / Instituto Tecnológico del Valle de Etla.

Visiting Research Professor, R&D Group, Vice Presidency for Scientific Research and Innovation, Imam Abdulrahman bin Faisal University, Arabia Saudita.

X: @alexcafu

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