MUJERES, S.A.

¿Quién quieres ser en 2025?

La respuesta no está en hacer listas más pequeñas o más realistas. Tal vez lo que necesitamos no es enfocarnos en las metas pequeñas y granulares, sino dibujar grandes pinceladas de lo que queremos lograr, no solo en el año, sino en la vida. Pensar no en lo que queremos hacer, sino en quién queremos

OPINIÓN

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Claudia Luna / MUJERES, S.A. / Opinión El Heraldo de México
Claudia Luna / MUJERES, S.A. / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Es la primera semana del año, y todos estamos listos para arrancar con nuestra lista de propósitos en mano, nuestra nueva app de ejercicio y el despertador programado una hora antes de lo usual. El refrigerador está lleno de frutas y verduras, y el teléfono repleto de recordatorios y pendientes por palomear. Me encanta esa sensación del nuevo año: una nueva oportunidad de hacerlo mejor, una página completamente en blanco para escribir lo que queramos. Es como el primer día de clases, pero mejor.

Sin embargo, algo nos sucede a todos. Nos ataca la realidad, nos estorban las prisas y los pendientes, y para febrero, esa montaña de cambios maravillosos que íbamos a implementar a partir del 3 de enero (porque, seamos honestos, nadie empieza el 1°) termina reducida a una pequeña fracción. La disciplina no siempre alcanza para leer dos libros al mes, hacer 120 minutos de ejercicio diario o tachar cada meta de nuestra interminable lista.

Además, lo que muchas veces ocurre es que las metas que parecían tan emocionantes al principio pierden su brillo. Para cuando llega febrero o marzo, el plan que diseñamos parece ya no alinearse con la vida que estamos viviendo. Entonces surge la pregunta: ¿cómo mantener un nivel de autoexigencia que nos lleve hacia nuestras grandes metas sin convertirnos en máquinas de sacrificio, pero tampoco renunciar al esfuerzo junto con el árbol de Navidad en enero?

La respuesta no está en hacer listas más pequeñas o más realistas. Tal vez lo que necesitamos no es enfocarnos en las metas pequeñas y granulares, sino dibujar grandes pinceladas de lo que queremos lograr, no solo en el año, sino en la vida. Pensar no en lo que queremos hacer, sino en quién queremos ser.

Cierra los ojos y diseña en tu imaginación la persona que quieres ser. Esa profesionista, esa madre, esa jefa, esa hija, esa pareja. Pregúntate con toda honestidad: ¿Cómo es esa mujer? ¿Qué valores la guían? ¿Cómo enfrenta sus miedos? ¿Qué decisiones toma? ¿Cómo se ve? ¿Qué desayuna? ¿Qué prioriza? Visualízala en detalle: cómo vive sus días, cómo piensa, cómo actúa. Y entonces, en lugar de concentrarte en lo que tienes que hacer, concéntrate en ser esa persona desde hoy mismo. Deja de hacer y empieza a ser.

La magia de esta perspectiva es que cambia por completo la manera en que creces. No se trata de marcar tareas en una lista, sino de encarnar las decisiones y comportamientos de esa persona que aspiras a ser. Si actúas como esa mujer cada día, tus acciones estarán alineadas con tus sueños. Y de esa manera, no importa qué tan lejana esté la meta, cada paso te estará acercando a ella inevitablemente.

Hazlo hoy. Sé la mujer que quieres ser hoy, no mañana, no en un mes, no esperes a que algo cambie o suceda. Hazlo con miedo, hazlo con dudas, pero hazlo. Porque el camino hacia tus sueños no empieza con una lista; empieza contigo y empieza hoy.

POR CLAUDIA LUNA
FUNDADORA THINK PINK MEXICO

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