COLUMNA INVITADA

Serenidad ante la hostilidad

Las palabras de la presidenta Claudia Sheinbaum son un recordatorio de la importancia de actuar con responsabilidad y sensatez

OPINIÓN

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José Narro Céspedes / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México
José Narro Céspedes / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

En tiempos de tensión internacional, la prudencia se convierte en un valor esencial para la estabilidad y el bienestar de cualquier nación. En este contexto, las declaraciones de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ante los recientes decretos firmados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reflejan una postura sensata y madura, que merece el respaldo de todas y todos los mexicanos.

La mandataria mexicana, al llamar a la calma y a mantener la "cabeza fría", no solo muestra una gran capacidad de liderazgo, sino que también demuestra una comprensión profunda de la política exterior y la importancia de actuar de acuerdo con el derecho. Afirmar que "siempre hay que actuar con respecto a lo que está escrito, es lo legal, lo que se establece jurídicamente" es un recordatorio claro de que, en la arena internacional, la diplomacia y el respeto por los acuerdos y las leyes son fundamentales para garantizar la estabilidad.

México, como nación soberana, ha sido históricamente un actor responsable en la escena internacional. Frente a la hostilidad nuestro país se ha apegado a los principios jurídicos que rigen las relaciones internacionales. Las decisiones tomadas en el ámbito político no deben ceder al impulso ni a la emoción momentánea; por el contrario, deben fundamentarse en el análisis exhaustivo y en el respeto por los acuerdos y tratados internacionales que México ha firmado. Esto es precisamente lo que está haciendo la presidenta Sheinbaum: avanzar con cautela y sin apresuramientos, utilizando la diplomacia como herramienta principal para afrontar cualquier desafío.

Es necesario recordar que los decretos firmados por Trump tienen implicaciones de gran calado para las relaciones bilaterales. Sin embargo, México ha demostrado que su política exterior no se basa en reacciones impulsivas, sino en la prudencia. La administración de Sheinbaum, al igual que la de otros presidentes mexicanos, sabe que las decisiones impulsivas pueden ser perjudiciales, y por ello se enfoca en el respeto a los procesos legales y diplomáticos.

Nuestra Presidenta no solo transmite confianza a la ciudadanía mexicana, sino que también refuerza la imagen de México como una nación que defiende sus derechos en el marco del derecho internacional. Esto no solo es una postura correcta desde el punto de vista de la diplomacia, sino también una que fortalece la soberanía nacional.

El llamado a la calma no implica inacción ni indiferencia ante los problemas; al contrario, significa tener la serenidad para analizar la situación con profundidad y, sobre todo, con la convicción de que, en el juego de la política internacional, las reacciones precipitadas pueden ser contraproducentes. México necesita respuestas sólidas, bien fundamentadas y estratégicas, algo que la presidenta Sheinbaum ha demostrado estar promoviendo con decisión.

Las palabras de la presidenta Claudia Sheinbaum son un recordatorio de la importancia de actuar con responsabilidad y sensatez. Frente a los retos impuestos por decisiones internacionales externas, México debe seguir adelante con firmeza, sin perder de vista los principios de legalidad, diplomacia y cooperación internacional. 

POR JOSÉ NARRO CÉSPEDES

COLABORADOR

@NARROJOSE

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