COLUMNA INVITADA

Con EU, México defenderá su soberanía y derechos de migrantes

La presidenta Claudia Sheinbaum dijo, que, de concretarse las deportaciones masivas de connacionales migrantes, el gobierno de México no los dejaría solos, los recibirá con calidez, humanismo y oportunidades para una vida digna en el país

OPINIÓN

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Ulises Mejía Haro / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México
Ulises Mejía Haro / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Ante los decretos firmados (órdenes ejecutivas) por el presidente Donald Trump en materia de deportaciones masivas de migrantes, aplicación de aranceles generalizados a las exportaciones mexicanas, combate a grupos delincuenciales e ingreso a su país de fentanilo, entre otros,  la presidenta Claudia Sheinbaum ha sido clara y firme en la relación que debe haber con el nuevo gobierno de los Estados Unidos, una relación de iguales, de respeto a nuestra soberanía nacional e independencia; de apoyo a nuestros connacionales radicados en ese país, velando siempre por el  respeto a los derechos humanos de nuestros migrantes; de coordinación y cooperación en la seguridad humana, que atañe a ambas naciones, pero sin sumisión o subordinación.

El presidente Trump amenaza con imponer el 1 de febrero un arancel generalizado del 25% a las importaciones mexicanas y canadienses (violando las reglas del T-MEC), pretextando la alta inmigración y tráfico de fentanilo que mata muchos estadounidenses, pero no hace mención, que más del 80 % de las armas que ingresan a México con las que se genera la violencia y muere mucha gente son de procedencia estadounidense. Sin duda, la aplicación de aranceles es una medida proteccionista para su país, que además busca recaudar grandes sumas de dinero de sus socios comerciales bajo el argumento de que Estados Unidos ha sido desfavorecido y presenta un déficit comercial con México y Canadá.

Coincidimos con la presidenta Claudia Sheinbaum, hay que revisar el contenido de los decretos, más allá de los discursos políticos de Trump, quien es proclive a magnificar las cosas en aras de congratularse con sus seguidores, recordemos que en su administración pasada decía que México iba pagar la construcción de un muro fronterizo para contener la migración y el tráfico de drogas ¡no pasó nada! Ahora, realmente ¿conviene a los Estados Unidos aplicar altos aranceles -repito violando las reglas del T-MEC- a todas las importaciones mexicanas a ese país, cuando somos economías interdependientes y complementarias?

Ante la aplicación de aranceles generales, México podría optar como lo dijo la presidenta Claudia Sheinbaum “un arancel por otro arancel” ¿Qué pasaría con la industria de la carne y la ganadería estadounidense si México aplica un arancel del 25% a las importaciones de carne de res y de cerdo procedente de ese país por 4 mil millones de dólares que año con año ingresan al país?, sería un desastre, ya lo vivieron con el cierre de las fronteras mexicanas a la carne y ganado vivo cuando Estados Unidos y Canadá tuvieron casos de la enfermedad Encefalopatía Espongiforme Bovina, conocida como el “síndrome de las vacas locas”, transmisible y letal para el humano.

¿Qué pasaría si en México, bajo la política de sustitución de importaciones y de prosperidad rural, incentiva con grandes apoyos (como se hace en Estados Unidos bajo la ley agrícola Farm Bill) la siembra de maíz para consumo humano y animal y deja de importar de Estados Unidos el 40% de su producción de maíz amarillo transgénico con un valor de 5 mil millones de dólares? La guerra de los aranceles no es el camino, afectaría a la economía y prosperidad de los tres países signantes del T-MEC, se incrementaría la inflación, el empleo y la competitividad de la región de América del Norte. El presidente Trump no dimensiona la importancia de integrar una región con economías interdependientes y complementarias, y que la aplicación de aranceles generales a sus principales socios comerciales conduciría a incrementar la diversificación de mercados con otros países del mundo como los de Asia y Europa. 

En cuanto a las deportaciones masivas de migrantes mexicanos sería un gran error, nuestros migrantes son gente buena y trabajadora y no delincuentes, migraron a ese país en busca de mejores horizontes y oportunidades para ellos y sus familias.  Esta medida afectaría la economía y el bienestar en sendos países, ya que los migrantes mexicanos contribuyen de manera significativa con sus remesas a la economía nacional y de sus comunidades de origen, pero también contribuyen a la economía estadounidense, de sus ingresos el 80% se gasta en ese país. ¿Qué pasaría en estados agrícolas, como California, donde los migrantes mexicanos son los que trabajan en los cultivos de frutas y hortalizas, así como en los empaques, transporte y almacenamiento?, muchas veces con salarios bajos y sin seguridad social, trabajos que por lo regular no realizan los anglosajones, ni los de otras razas; igual sucede en la industria de la construcción y de los servicios. Es por ello, que varios gobernadores estadounidenses están en contra de la medida de Trump.   

La presidenta Claudia Sheinbaum dijo, que, de concretarse las deportaciones masivas de connacionales migrantes, el gobierno de México no los dejaría solos, los recibirá con calidez, humanismo y oportunidades para una vida digna en el país, su estrategia contempla la asistencia y protección consular para garantizar sus derechos humanos; la recepción y apoyo para su reintegración a sus lugares de origen; y su incorporación al empleo, al IMSS y a los programas de Bienestar.

Ante las amenazas de Trump, es momento de hacer un frente común de todas las fuerzas políticas, sectores, poderes y órdenes de gobierno y ciudadanía en general en respaldo a la Presidenta de México, dejando de lado las diferencias políticas, sobreponiendo los intereses de México, la defensa de nuestra soberanía y de los derechos humanos de nuestros migrantes connacionales radicados en los Estados Unidos. 

POR DR. ULISES MEJÍA HARO

@ULISESMEJIAH_

DIPUTADO FEDERAL POR ZACATECAS

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