Piensas que no hay modo de caer más bajo. Que lo de Rubén Rocha, con el asesinato fake de Héctor Cuén y el horror cotidiano de Culiacán, horror que empezó el 9 de septiembre, es el grado cero. Entonces, surge la competencia.
Desde Tabasco, en llamas, el gobernador, Javier May, muy de las confianzas del licenciado López, acusa a su antecesor, Adán Augusto López, muy de las confianzas del licenciado López e igual de tabasqueño que May, de poner a cargo de Seguridad en el estado a un líder de lo que hoy se llama La Barredora, que es la organización criminal que, justamente, tiene en llamas a Tabasco.
No voy a decir que Rocha haya sido derrotado en el concurso de ignominia, porque eso es mucho decir, pero con Tabasco hablamos de una competencia muy seria. Ese es el punto. Cuando la oposición, esa cosita, piensa que este escándalo sí va a cimbrar las estructuras del chairisimo, viene uno nuevo que hace olvidar el anterior.
Así, resulta que el Cuau, que ya tenía acusaciones varias el sexenio pasado, con investigaciones a cargo de la Fiscalía morelense y etc., a) es investigado por el gobierno actual de Morelos, y miren que es un gobierno chairo y los chairos se cuidan las espaldas como nadie, y b) enfrenta una denuncia por intento de violación contra su media hermana.
“Ah, pues ahora sí tocamos fondo”, dirán algunos. Puede ser. Pero, en tanto decidimos si estamos o no en el fondo, viene el relevo.
Mientras la ciudadanía se manifiesta multitudinariamente en Culiacán, con irrupción en el edificio de gobierno incluida, el góber Rocha sale en la foto, por segunda vez, todos risa y risa a pesar de que asesinaron a dos niños, con varios diputados y Ricardo Monreal al centro de la imagen.
“Ahora sí se va a armar en grande”, dicen entonces algunos, mientras recuerdan que a Monreal lo acusó Adán Augusto, hace unas semanas, de que se evaporó una lana del Senado cuando él era presidente del mismo. Bueno, pues tampoco hay tiempo de que se arme en grande, porque entonces:
a) tienes una balacera en Tamaulipas, que se niega ser olvidado cuando se hace el recuento de las peores tragedias de violencia en el país;
b) nos recuerdan que el presidente municipal de Cárdenas, otra vez Tabasco, está acusado de encabezar el huachicoleo en la zona, práctica que se disparó en un 1000% en un año; y
c) viene la nueva sandez de Rocha, que, ante la segunda manifestación masiva en su contra, dice que unos gritones no bastan para destituir a un gobernador.
No sé si me explico. Mi punto es que la 4T es invencible, porque conoce el secreto del gobierno eterno: siempre, como les decía, puedes contar con que un escándalo hará olvidar al anterior, y así sucesivamente.
O sea, la 4T conoce el secreto de que siempre hay un escalón más abajo, y de que la gloria es para los que no hacen ascos a seguir bajando.
POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
JULIOPATAN09
MAAZ