El valiente vive hasta que el cobarde quiere.
Caritas vemos, corazones no sabemos [hasta que lo sabemos].
DICHOS
Ni un día aguantó la cobarde balandronada de Gustavo Petro. Demagogia irresponsable es lo que por unas horas le recetó a los colombianos. Pretendía hacerlo de fijo, pero tuvo que ceder a las exigencias del otro populista. El presidente de Colombia aceptó las deportaciones que le mandó Donald Trump para evitar la imposición de aranceles, pero sobre todo para que los permisos de visas estadounidenses para los colombianos no se les retiraran.
Antes, cuando se le avisó que migrantes colombianos serían devueltos a su país en aviones militares estadounidenses, Petro dijo que no los recibiría. Eso sí, envuelto en una retórica de tratamiento digno... Dignidad que él les negó a sus connacionales al no querer recibirlos. El mandatario daña a su gente, quienes son su responsabilidad.
Evidentemente, el éxodo latinoamericano a los Estados Unidos ha sido una constante. No inició con los gobiernos de quienes hoy fungen como líderes de Estado, mas estos tampoco han hecho nada para que la sangría de gente que huye a EEUU, termine. Con lo cual, la postura de Petro es indigna, carente de sentido común y lo más sucio de la inmundicia. Ante el acto inhumano de Trump, Petro tuvo una reacción aún más inhumana con su gente. Peor que expulsarlos es no querer recibirlos de vuelta en casa.
Si Petro quiso ponerle cara a Trump, le salió el tiro por la culata. Si no quería recibir a sus connacionales por las dificultades y consecuencias que eso significaba, mostró su antipatriotismo y nula humanidad. Todo un progresista de izquierda… En todo caso, definitivamente pudieron más la amenaza del 25% de aranceles, la cancelación de visas a funcionarios colombianos y los 15 mil millones de dólares que Colombia exporta a Estados Unidos.
Para cuando el mandatario colombiano cambió de parecer y dijo que mandaría al avión presidencial por sus connacionales, ya era demasiado tarde: había mostrado que no quiere a su propia gente de vuelta.
Y si esto es grave por cuanto a la carencia de humanismo, es peor al haber desconocido la primera función de un presidente de cualquier nación: velar por sus ciudadanos no importando donde se encuentren. Petro quedó evidenciado; él mismo dejó ver su verdadero rostro. Muchos ya lo conocíamos, pero ahora le queda claro al orbe.
La actitud de Trump deja también lecciones para el resto de los países latinoamericanos que tienen migrantes en Estados Unidos: México, Honduras, Brasil, Venezuela, Perú, Cuba… Trump hará lo que promete. No sin uno o varios ingredientes de mercadotecnia que lo acompañen, claro está. Como fue el que pusiera en su red social “Truth Social” una imagen manipulada con AI donde él parece como gánster y el acrónimo “FAFO”. Dicho acrónimo significa “F--- around and find out”, que se puede traducir libremente como “si jodes, atente a las consecuencias”. Acrónimo muy estimado por la generación “X”, como una advertencia de que las decisiones tienen repercusiones.
Este bochornoso evento, la irresponsabilidad de Petro ante su gente, deberá ser un ejemplo para todos los países expulsores de migrantes. El señor actuó con una demagogia irresponsable que NO hay que imitar (¡atención CELAC!).
Tres en Raya
Hablando de irresponsabilidad y medidas fuera de lugar, contraproducentes y/o injustas, ¿el gabinete de Claudia Sheinbaum -concretamente Hacienda y el SAT- ya pensaron bien el imponer el programa “México Te Abraza”… con impuestos? Esto es, ¿con el SAT pidiéndole a los mexicanos deportados que se regularicen? ¿A migrantes que vuelven a México sin trabajo, con una mano adelante y otra atrás?
PAL