Desde el primer día de su mandato, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha venido cumpliendo todas las promesas que hizo en contra de México argumentando que lo hace por “mandato del pueblo” -frase que nos recuerda a un conocido expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador-, siendo las más importantes la cacería que inició en contra de los migrantes ilegales que han comprobado en carne propia que el muro fronterizo se ha vuelto impenetrable, así como la declaración de que los cárteles mexicanos son organizaciones terroristas.
Pese a lo anterior, al participar en el Foro de Davos, Suiza, Trump señaló que “con México estamos lidiando creo que muy bien y solo queremos ser tratados de forma justa con otras naciones”.
A lo interno de nuestro país, por diversas razones, no han dejado de llamar la atención las convocatorias a la unidad nacional ante la andanada Trump.
Lo malo es que desde el oficialismo se ha criticado duramente a quienes no han reaccionado rápidamente a este llamado y como muestra está que el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, calificara a la bancada del PRI en esa instancia legislativa, que coordina Rubén Moreira, de “traidores a la Patria”.
A este respecto el líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, reprochó a la mayoría legislativa que haya dicho “que la oposición respalda una invasión extranjera o que somos traidores a la Patria”.
Si bien no puede negarse que, efectivamente, en la difícil coyuntura que vive México y que durará por lo menos cuatro años, son momentos de unidad los que requiere el país, resulta evidente que también habría que cuestionarse cómo el oficialismo está manejando la política exterior, que en los últimos años ha tenido varios tropiezos producto de la improvisación.
En otra vertiente del asunto, no se puede soslayar que el cuestionable manejo de la política exterior mexicana se viene arrastrando desde el tiempo de una conocida y desafortunada “estrategia” de quien en el 2024 se fue de Palacio Nacional, la de “abrazos no balazos”, y que de alguna manera, ahora ha provocado parte de las cruentas medidas emprendidas por el controvertido presidente de Estados Unidos.
Desde la oposición, Moreno Cárdenas planteó que “seguiremos exigiendo al Gobierno de Morena una postura firme, inteligente, innovadora, con capacidad de negociar al más alto nivel para sentar las bases de una relación bilateral próspera y productiva con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá".
No obstante, esto último, lo de una relación bilateral próspera especialmente con Estados Unidos, se ve sumamente difícil por la presencia de Donald Trump en la Casa Blanca con todo el poder en sus manos, pero el consejo no sobra.
POR ADRIANA MORENO CORDERO
COLABORADORA
PAL