COLUMNA INVITADA

Vecinos Hiperdistantes

El 20 de enero de 2025, el Trump firmó una serie de órdenes ejecutivas que están generando profundas preocupaciones en México y América Latina debido a sus implicaciones migratorias, económicas y de seguridad

OPINIÓN

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Pedro Ángel Palou / Colaborador / Opinión El Heraldo de México
Pedro Ángel Palou / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Heraldo de México

Mi querido Alan Riding escribió Vecinos distantes, una radiografía que le costó que el presidente llamara al NYTimes y pidiera que lo retirara como corresponsal. Alan regresó a Inglaterra y escribió una hermosa historia intelectual de la generación perdida en Paris que editó en español Galaxia Gutemberg. No se podría haber imaginado lo que ha ocurrido décadas después. Somos extraños con una frontera común, ya nunca vecinos ni prójimos. 

El 20 de enero de 2025, el Trump firmó una serie de órdenes ejecutivas que están generando profundas preocupaciones en México y América Latina debido a sus implicaciones migratorias, económicas y de seguridad. Estas decisiones forman parte de su renovada agenda "América Primero", que busca reforzar el control fronterizo, endurecer las políticas de asilo y aumentar la presión sobre países de la región para abordar la migración y el narcotráfico.

Una de las medidas más controvertidas es la declaración de emergencia nacional en la frontera sur de Estados Unidos, lo que permitirá la militarización del área y la aceleración de la construcción de barreras físicas. Esta decisión, aunque no es nueva en la administración Trump, intensifica las tensiones diplomáticas con México y podría afectar de manera significativa el comercio binacional, estimado en cientos de millones de dólares diarios. Las medidas también implican un impacto directo en las comunidades fronterizas, donde los flujos humanos y económicos son parte esencial de la vida cotidiana.

Ha reinstaurado el programa "Permanecer en México", que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano mientras se procesan sus casos en Estados Unidos. Esta política coloca una presión adicional sobre el gobierno mexicano, liderado por Claudia Sheinbaum, quien ya enfrenta desafíos importantes para gestionar la migración en la frontera sur de México. Aunque Sheinbaum ha expresado su intención de brindar atención humanitaria a los migrantes, también busca evitar que México se convierta en un tercer país seguro de facto. Expertos advierten que este programa podría saturar las capacidades de las ciudades fronterizas mexicanas, ya sobrecargadas por los flujos migratorios irregulares.

Otra orden ejecutiva consiste en la designación de los cárteles de la droga como organizaciones terroristas extranjeras. Este movimiento no solo permite sanciones económicas más estrictas, sino que también podría justificar operaciones unilaterales de Estados Unidos en territorio mexicano bajo la premisa de combatir el terrorismo. Esta designación plantea serias preocupaciones sobre la soberanía mexicana y ha sido fuertemente criticada por legisladores y expertos en relaciones internacionales. En respuesta, Sheinbaum ha enfatizado que cualquier acción contra el crimen organizado debe coordinarse estrechamente con las autoridades mexicanas para evitar conflictos diplomáticos y posibles violaciones del derecho internacional.

Trump también ha firmado una orden que busca eliminar la ciudadanía por nacimiento para hijos de inmigrantes indocumentados y aquellos con visas temporales, una medida que podría afectar a miles de familias latinoamericanas. Aunque los analistas legales señalan que esta acción enfrentará desafíos en los tribunales por su posible inconstitucionalidad, su simple propuesta ya genera incertidumbre en comunidades migrantes y refuerza un discurso político divisivo.

El impacto de estas medidas no se limita a México. En América Latina, los efectos podrían ser profundos, especialmente en países con altos índices de migración hacia Estados Unidos. Las remesas, que constituyen una fuente esencial de ingresos para muchas economías de la región, podrían verse afectadas si los migrantes enfrentan mayores dificultades para cruzar o permanecer en Estados Unidos. Además, la posibilidad de que Trump reactive políticas comerciales proteccionistas amenaza con desestabilizar las relaciones económicas con varios países latinoamericanos. Ni se diga si interviene militarmente en Panamá para recuperar el canal, como ha amenazado. 

Las acciones de Trump han despertado preocupación entre organismos internacionales y defensores de derechos humanos, quienes advierten que estas políticas exacerban las vulnerabilidades de los migrantes y refuerzan una narrativa xenófoba. Mientras tanto, México busca mantener la calma y una postura diplomática ante los nuevos retos. La presidenta Sheinbaum ha subrayado la importancia de no caer en provocaciones y de fortalecer los lazos con aliados internacionales para contrarrestar el impacto de estas medidas.

América Latina enfrenta el desafío de articular una respuesta unificada ante las políticas de Trump, que buscan redefinir las dinámicas regionales. Aunque la relación entre Estados Unidos y la región ha estado marcada históricamente por asimetrías de poder, estas medidas podrían ser un catalizador para fortalecer la cooperación intrarregional y explorar alternativas que reduzcan la dependencia económica y política de Washington. ¿Nuestros gobiernos de la región estarán a la altura de este desafío histórico?

POR PEDRO ÁNGEL PALOU

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