En el mundo de estadísticas cuando dos variables se relacionan de manera lineal en forma positiva o negativa se dice que existe una correlación entre ellos; será positiva si al incrementarse el valor de una también lo hace el de la otra y será negativa si al subir el valor de una el de la otra baja y viceversa.
Si este principio se aplica al comportamiento de dos delitos en un determinado tiempo y espacio, mediante una serie de sencillas operaciones matemáticas podremos encontrar el coeficiente de correlación, que al estar indexado se mueve en valores de -1 a 1, donde un valor cercano a 0 significa una baja correlación y un valor cercano a -1 o 1 equivale a una alta correlación, negativa o positiva respectivamente.
Sin tener que recurrir a un lenguaje técnico, podemos decir que este tipo de análisis permite identificar que tan asociado se encuentra un delito a otro e incluso si la tendencia observada en alguno de ellos permite prever cómo se comportará el otro.
Para el caso de Sinaloa, el robo de vehículo y homicidio doloso no solo están asociados sino que han mantenido una alta correlación positiva desde enero de 2024, por lo que era lógico advertir que si el robo de unidades vehiculares se disparó en septiembre del mismo año los asesinatos intencionales tendrían un comportamiento similar, y efectivamente así sucedió tras la crisis de inseguridad que acaba de cumplir cuatro meses.
En agosto de 2024 se registraron 115 robos de vehículo y 44 homicidios dolosos, dicho en otras palabras, por cada 2.6 vehículos robados se cometió un homicidio.
Siguiendo este patrón, en septiembre de ese mismo año se registraron 325 robos de vehículo y 143 homicidios dolosos, tres veces más que durante agosto en ambos delitos.
Misma correlación se presentó durante los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2024, cuando una alta incidencia de robo de vehículos estuvo asociada a un alto registro de homicidios dolosos. En octubre fueron robados 495 vehículos y se cometieron 182 homicidios dolosos, en noviembre se robaron 427 vehículos y se registraron 174 víctimas de homicidio doloso, mientras que en diciembre fueron robados 352 vehículos y fueron privadas de la vida de manera intencional 157 personas.
En términos de proporción entre robo de vehículo y homicidio doloso tenemos que durante septiembre por cada 2.3 vehículos robados se registró un asesinato intencional. Para el periodo octubre-noviembre de 2024 por cada 2.5 vehículos robados se cometió un homicidio doloso, cifra ligeramente inferior a la de agosto (previo a la crisis) y marginalmente superior a la de septiembre.
Pero volviendo al tema de la correlación entre robo de vehículo y homicidio doloso, el patrón observado durante todo el 2024 confirma la premisa de que a mayor número de vehículos robados circulando en las calles de las principales ciudades del estado de Sinaloa, mayor cantidad de homicidios dolosos registrados y viceversa.
Asimismo permite sugerir que un mayor combate al robo de vehículo en la entidad sinaloense y particularmente en Culiacán, impactará en una disminución del homicidio doloso, ya que las unidades robadas tienen como destinatarios los grupos dedicados a otros delitos que requieren movilidad por parte de quien los comete tratando de no dejar huella alguna, ventaja que les ofrece el uso de vehículos robados, mejor aún si la autoridad se desentiende de su búsqueda y recuperación.
Cabe subrayar que desde hace por lo menos 10 años Sinaloa ha aparecido en los primeros lugares de robo de vehículo a nivel nacional, sobre todo cometidos con violencia. Además ha ocupado las últimas posiciones en cuanto a cantidad de vehículos recuperados, lo que indica que parte fundamental de la logística delictiva y al mismo tiempo mercado ilícito han sido determinantes en el nivel de violencia que por momentos ha caracterizado a dicha entidad federativa.
En síntesis, resolver la crisis de violencia que prevalece en la entidad no depende únicamente de discursos triunfalistas y reportes permanentes en el sentido de que los homicidios se redujeron en 50% en los últimos tres meses ya que solo el pasado fin de semana se registraron 20 homicidios dolosos, es decir casi 7 por día.
Ayuda pero no alcanza para lograr el punto de inflexión solo detener decenas de generadores de violencia y jefes de célula en “flagrancia”, así como asegurar armas de fuego y municiones, se requiere alinear todas las variables que hacen posible que se cometan homicidios de manera impune, entre ellas el combate al robo de vehículo, que parece que no está entre las prioridades.
POR FACUNDO ROSAS R.
EX COMISIONADO GENERAL DE LA POLICÍA FEDERAL
@FACROSAS
MAAZ