REPÚBLICA H

Morena y la oposición, en jaque por Veracruz

En Veracruz, el ajedrez político está en marcha, y aunque las piezas ya empiezan a acomodarse, el desenlace está lejos de definirse. Morena, con sus aliados del Partido Verde (PVEM)

OPINIÓN

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Sofía García / República H / Opinión El Heraldo de México
Sofía García / República H / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En Veracruz, el ajedrez político está en marcha, y aunque las piezas ya empiezan a acomodarse, el desenlace está lejos de definirse. Morena, con sus aliados del Partido Verde (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT), repartió los 212 municipios donde presentarán candidatos. Morena se quedó con 110 plazas, incluyendo bastiones clave como Xalapa, Veracruz, Boca del Río, Coatzacoalcos y Córdoba. Por su parte, el Verde apostará por territorios como Alvarado, Orizaba y San Andrés Tuxtla, mientras que el PT liderará en municipios más pequeños como La Antigua y Alto Lucero. En 47 localidades, cada partido se jugará la contienda por su cuenta.

Aunque Esteban Ramírez Zepeta, dirigente estatal de Morena, presume que la unidad será el motor de sus victorias, la realidad es otra. Las disputas internas no tardaron en salir a flote. En Xalapa, por ejemplo, el morenista Juan Vergel Pacheco pidió una auditoría al proceso de encuestas internas. Con su exigencia de transparencia, Vergel Pacheco no sólo evidenció las debilidades del proceso, sino que encendió los ánimos dentro de su propio partido, donde los bandos ya comienzan a formarse.

A esto se suma su crítica abierta a otros aspirantes del mismo color, a quienes acusa de buscar únicamente “acomodos políticos”. Podemos decir que el enemigo no siempre está en la oposición, sino al interior de sus filas.

En el otro extremo, el PAN enfrenta un dilema: tiene fortalezas locales, pero no logra articular una estrategia que le permita competir en un estado donde la 4T domina el panorama. Boca del Río, gobernado por Juan Manuel Unánue, es su principal fuerza, pero fuera de ahí, los panistas parecen atrapados en su incapacidad para tejer alianzas. Su desconfianza hacia el PRI, que ha sido su aliado en otros estados, los deja en solitario.

Movimiento Ciudadano, por su parte, busca diferenciarse del PRI y del PAN con una narrativa de apertura. Luis Carbonell de la Hoz, su dirigente estatal, anunció que al menos la mitad de sus candidaturas serán ciudadanas y sin afiliación partidista. Sin embargo, en un estado donde su presencia es casi simbólica, la verdadera pregunta es si esta apuesta podrá traducirse en votos. No hay que olvidar que Dante Delgado, líder moral del partido, tuvo su bastión político en Veracruz cuando militaba en el PRI. Hoy, sin ese respaldo histórico, el naranja lucha por hacerse notar en un escenario dominado por los colores guinda y azul.

Veracruz es mucho más que un estado grande; es una pieza clave para cualquier partido que aspire a ganar la Presidencia en 2030. Para Morena, mantener la unidad es vital para evitar desgastes. Mientras tanto, el PAN y Movimiento Ciudadano deben demostrar que no son simples espectadores en esta contienda.

Por ahora, el tablero está puesto y las piezas comienzan a moverse. Pero en este juego de poder, donde las estrategias cambian y las alianzas se fracturan, sólo el tiempo dirá quién dará el jaque mate en Veracruz.

Nos vemos a las 8 por el 8

POR SOFÍA GARCÍA

COLABORADOR

@SofiGarciaMX

MAAZ