Con la nueva llegada de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, México se enfrenta a un contexto complejo que requiere claridad, firmeza y visión estratégica. Para nadie resulta desconocida su renovada propuesta de levantar un muro a lo largo de los más de 3 mil kilómetros de frontera entre ambos países para frenar la migración; así como sus más recientes preocupantes propuestas (algunas también recicladas) de aumentar en un 25% los aranceles a los productos mexicanos; realizar detenciones y deportaciones masivas de mexicanos y declarar a los cárteles mexicanos como grupos terroristas; con las implicaciones intervencionistas y de violencia que podría generar este hecho.
Desde el Partido Acción Nacional (PAN) reconocemos la importancia de esta coyuntura y reafirmamos nuestra responsabilidad como fuerza política para velar por los intereses de nuestra nación. Hoy más que nunca, el diálogo constructivo y el respeto mutuo deben guiar las relaciones bilaterales.
México y Estados Unidos comparten una interdependencia económica y social profunda. La unión de América del Norte es esencial para enfrentar desafíos globales, como la competencia económica de Asia. En este sentido, debemos destacar que nuestro país no solo es un vecino estratégico, sino un aliado comercial vital. Estados Unidos es nuestro principal socio económico, y las cifras lo demuestran: en el primer semestre de 2024, la inversión extranjera directa (IED) proveniente de Estados Unidos representó el 44% del total recibido por México, mientras que las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos alcanzaron un valor de 337,628 millones de dólares, equivalentes al 83.1% de nuestras exportaciones totales.
Datos recientes señalan que los mexicanos aportan aproximadamente el 8% del PIB total de Estados Unidos. La contribución económica de los trabajadores mexicanos en sectores esenciales asciende a más de 700 millones de dólares anuales. Asimismo, las remesas que envían hacia nuestro país han alcanzado cifras récord del orden de los 63,320 millones de pesos.
Desde el PAN, reafirmamos nuestra postura en defensa de la soberanía de México, nuestra economía y los derechos de los connacionales dentro y fuera de nuestra fronteras. No permitiremos que nuestro país sea tratado con desdén o subordinación, pero también somos conscientes de que, para exigir respeto, debemos ser responsables en nuestras acciones.
Hacemos un llamado al gobierno de México para que actúe con determinación en los siguientes puntos clave: primero, con el cumplimiento de los acuerdos internacionales. México debe garantizar y exigir el respeto a los tratados internacionales, como el T-MEC, para ofrecer certidumbre jurídica a los inversionistas y asegurar que nuestra economía siga siendo competitiva en el ámbito global. Segundo, en el fortalecimiento del Estado de derecho y la certeza jurídica son indispensables para atraer inversiones y fomentar el desarrollo económico; urge una estrategia de combate real la corrupción y que garantice el cumplimiento de las leyes en todos los niveles de gobierno. Tercero, resulta evidente que es indispensable delinear una nueva estrategia real de lucha frontal contra el crimen organizado, poniendo como prioridad central la seguridad nacional. El combate al tráfico de drogas, especialmente la producción y exportación de fentanilo, no puede postergarse, sin aceptar la visión simplista del discurso de ciertos sectores en EUA que achaca toda la responsabilidad a México, es indispensable reconocer y atacar las bandas que producen y trafican con precursores y con fentanilo desde nuestro país. Esta lucha no solo es una responsabilidad hacia nuestros socios internacionales, sino una necesidad urgente para proteger a nuestra propia población.
Por supuesto, también es imperativo poner atención a una política migratoria que reconozca la complejidad del fenómeno; la relación bilateral no puede basarse en políticas migratorias reactivas y descoordinadas y, mucho menos ser solo subordinada a los intereses de nuestro vecino.
Es imprescindible establecer mecanismos claros y humanitarios para atender los flujos migratorios, respetando los derechos humanos de quienes cruzan nuestras fronteras.
El PAN rechaza cualquier amenaza o insinuación beligerante de intervención en nuestro país. La soberanía no se negocia. No obstante, hacemos un llamado a la administración federal para que actúe con responsabilidad y evite brindar pretextos a aquellos que buscan debilitar nuestra posición en el escenario internacional. La mejor forma de combatir los llamados externos a la intervención, es fortalecer nuestras instituciones, combatir al crimen organizado y garantizar el respeto a los acuerdos internacionales.
La revisión y potencial renegociación del T-MEC en 2026 será un momento clave para el futuro de nuestra región. Este año, México debe concentrarse en estrechar lazos comerciales con Estados Unidos y Canadá, demostrando que somos un socio confiable y comprometido. Al mismo tiempo, debemos estar atentos a las amenazas, como los posibles aranceles y deportaciones masivas anunciados por Donald Trump, que podrían afectar la estabilidad económica y social de nuestro país.
Finalmente, desde Acción Nacional, reiteramos nuestra disposición para colaborar en la búsqueda de soluciones equilibradas y sostenibles que beneficien a ambas naciones. México y Estados Unidos son más fuertes juntos, pero esa fortaleza solo será posible si ambos países se comprometen a respetar los principios de cooperación, igualdad y justicia.
La relación bilateral es un puente, no un muro. Construyamos juntos el futuro que nuestras naciones merecen.
POR JORGE ROMERO HERRERA
PRESIDENTE DE ACCIÓN NACIONAL
@JORGEROHE
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