La Presidenta Claudia Sheinbaum dio a conocer la semana pasada el Plan México, una estrategia integral sin precedentes, diseñada para que el país pase del lugar 12 al 10 en el ranking de las mejores economías del mundo.
Su objetivo central es transitar hacia un México más equitativo, justo, sustentable y, sobre todo, que genere bienestar económico para todos los mexicanos. En una frase: transitar hacia la ansiada prosperidad compartida.
Con esta iniciativa, Sheinbaum proyecta una visión optimista de nuestro futuro económico, enfrentando los retos internos y la incertidumbre del entorno internacional.
En su mensaje, la mandataria subrayó que su plan busca disminuir la pobreza, pero también transmitir un mensaje de seguridad, certeza y esperanza a la ciudadanía.
“Que cada uno de los mexicanos y mexicanas sepa que hay un plan, hay desarrollo”, remarcó, en clara alusión a las amenazas de Donald Trump lanzadas contra México.
La incertidumbre económica mundial, sumada a la complejidad de la relación con Estados Unidos es, sin duda, de los principales motores de este ambicioso, pero factible plan.
Otro aspecto clave es la identificación de al menos 200 proyectos de inversión, que representan una oportunidad para consolidar una inversión extranjera de al menos 277 mil millones de dólares. Un capital que podría traducirse en una transformación económica histórica para el país, adelantó Sheinbaum.
Pero el verdadero foco de la estrategia presentada a la élite empresarial de todo el país es asegurar que los beneficios de estas inversiones lleguen a todos los sectores de la población a través de la creación de empleos de calidad, el fomento a la sustentabilidad ambiental y la diversificación y mejora de nuestro sistema educativo.
El hecho de que el anuncio de esta estrategia se haya hecho a pocos días de la toma de posesión del presidente Donald Trump no es casualidad.
Sheinbaum lanza el mensaje que no está atada de manos y presenta una propuesta sólida que no solo atraiga inversión extranjera, sino que también le permita a México colocarse en una posición clave ante las políticas del vecino país del norte.
Este posicionamiento geopolítico, sumado a la estabilidad de su economía, hace de México una opción más atractiva que otras naciones para las empresas internacionales.
La Presidenta mexicana está consciente de la competencia global por la inversión extranjera y sabe que, a medida que la inflación en Estados Unidos sigue afectando a su economía, México se presenta como la alternativa regional más viable para los negocios.
La implementación del fenómeno del nearshoring, es decir, la relocalización de las cadenas de suministro cerca de Estados Unidos, se perfila también como un pilar esencial de esta estrategia económica.
Se prevé la creación de polos industriales en al menos cien ciudades mexicanas, con el respaldo de estímulos fiscales, con respeto a las capacidades y a la vocación productiva de cada región.
Además, el Plan México se enfoca en el fortalecimiento del mercado interno. Uno de sus aspectos más relevantes es revitalizar el programa ‘Hecho en México’ para reducir la dependencia de las importaciones, especialmente aquellas provenientes de Asia.
Una meta intermedia es que, para 2030, el 50% del consumo nacional provenga de productos fabricados en México, en sectores clave como textiles, mobiliario, calzado, juguetes y otros.
Otro componente adicional es la modernización y ampliación de la infraestructura nacional, con la renovación de más de 50,000 km de carreteras y vías férreas, lo que incrementará la conectividad y reducirá costos logísticos.
Además, se apuesta por la diversificación energética, buscando que el 54% de la energía en el país provenga de fuentes renovables, alineándose con los compromisos internacionales en materia de cambio climático.
El Plan México también prevé un importante crecimiento en la generación de empleos, con la creación de 1.5 millones de nuevos puestos de trabajo. Este impulso se ve reflejado en un objetivo más amplio: incrementar la inversión en un 28% respecto al PIB, lo que impulsaría significativamente el crecimiento económico nacional.
La alianza solidaria y respetuosa con el sector privado será crucial para el éxito de este plan.
Sheinbaum ha mostrado plena disposición para integrar las opiniones de los empresarios, pero dejó claro que su gobierno no regresará al modelo neoliberal que dañó tanto a México.
La visión a largo plazo, con énfasis en la equidad y la sustentabilidad, permitirá a México consolidarse como una economía competitiva y resiliente, capaz de aprovechar sus ventajas geográficas y económicas para consolidar la anhelada prosperidad compartida.
POR VÍCTOR HUGO ROMO DE VIVAR GUERRA
DIPUTADO DE MORENA EN EL CONGRESO DE LA CIUDAD DE MÉXICO
@VROMOG
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