NUEVOS ENTORNOS

Comienza el año, parabienes para la región en 2025

Concluirá el primer cuarto del siglo XXI cuando termine el año que ahora comienza, con un panorama muy diferente que el que se encontró al comienzo del año anterior

OPINIÓN

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Guadalupe González Chávez / Nuevos entornos / Opinión El Heraldo de México
Guadalupe González Chávez / Nuevos entornos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Concluirá el primer cuarto del siglo XXI cuando termine el año que ahora comienza, con un panorama muy diferente que el que se encontró al comienzo del año anterior. Cada cuarto de siglo se suele buscar la visualización de panoramas globales con esa forma de medir en etapas que permite realizar comparativos, desarrollar panoramas por construir. Las décadas son útiles como momento de revisión para el recuento y este año se cumplen muchos ciclos.

El año 2024 fue especialmente importante porque se trata también de las cuentas y aniversario de una buena parte de los acuerdos y organizaciones construidos desde 1945, que han marcado una forma de hacer y acordar cómo afrontar los ciclos que durante ocho décadas han marcado generaciones, así como las relaciones entre las regiones, sus consolidaciones o reorganización.

Para México y la región mesoamericana, para América Latina y El Caribe, tiene profundo significado lo logrado en cada cuarto de siglo y en cada etapa de diez años. Atrás quedaron aquellas ideas de aplicar las mismas medidas en toda la región que ahora cuenta con otras experiencias políticas, sociales, especialmente respecto al avance de la mujer. Con altibajos continúan evolucionando los modelos de desarrollo, los balances regionales. La realidad en Haití continúa siendo una de las realidades críticas que más duelen en la región, no la única que demanda nuevos compromisos.

Es importante destacar que, ante las actuales condiciones, los acuerdos logrados para asegurar que Mesoamérica represente un espacio de paz en el actual entorno global pueden fortalecerse en favor de la integración regional, la estabilidad, la comunicación entre regiones, la cooperación, solidaridad, el desarrollo y la conectividad global, el continuo avance para superar las desigualdades.

Entre esos acuerdos aportados por la región que son pilares fundamentales para la paz y la seguridad internacionales, están el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe de 1967, los logrados por los panameños respecto a la soberanía del Canal de Panamá con los Tratados Torrijos-Carter de 1977, así como los compromisos regionales adoptados en materia de seguridad hemisférica de la Declaración sobre Seguridad de las Américas en México de 2003.

La región ha consolidado estrategias cooperativas y solidarias para responder a las consecuencias de las enfermedades, los desastres, del desplazamiento y la migración forzada, o ante el incremento exponencial de las necesidades humanitarias. Sin embargo, continúan los problemas causantes de conflictos y violencias que hacen mella en las posibilidades de su recuperación y desarrollo plenos, aún con la resiliencia mostrada en cada uno de los países.

En las aspiraciones regionales se mantienen la necesidad de erradicar la pobreza y el hambre, la construcción de comunidades sostenibles, el acceso pleno a la cultura y educación, la salud y medios digitales, alcanzar las condiciones de sostenibilidad y comercio justo, garantizar la libre movilidad. 

Este año serán muy bienvenidas las decisiones que completen los acuerdos y compromisos por concluir, que se fortalezcan los modelos y marcos propios de indicadores para la construcción de paz en la región. Con ello, la incorporación de análisis y aspectos que sumen a la conformación de realidades que atiendan también las nuevas dificultades que se heredaron durante el último año.

POR GUADALUPE GONZÁLEZ CHÁVEZ
CATEDRÁTICA UNIVERSITARIA
@GUADALUPEGONZCH

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