DES... PROPÓSITOS

El Plan México

El inicio del segundo cuarto del siglo XXI arranca como un año que podría significar un parteaguas en la historia de la humanidad

OPINIÓN

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Agustín García Villa / Des...propósitos / Opinión El Heraldo de México
Agustín García Villa / Des...propósitos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

El inicio del segundo cuarto del siglo XXI arranca como un año que podría significar un parteaguas en la historia de la humanidad. Por una parte, se presentarán cambios políticos que habrán de irrumpir en el rumbo económico seguido en las últimas décadas, lo que generará nuevas alianzas regionales y una nueva animadversión entre bloques de países, parecida a lo que fue en el pasado “La Guerra Fría” y, por la otra, se endurecerán las políticas referentes al tema de la inmigración, lo que habrá de ocasionar serios conflictos internacionales.

Ambos temas afectan de manera directa a México, cuyo comercio internacional y política de migración están íntimamente vinculados a los EE. UU., país donde se espera que Donald Trump asumirá nuevas políticas a su retorno a la Casa Blanca, mañana lunes.

Claro está que a México lo afectarán dichos cambios, pero no necesariamente de manera negativa. México tendrá forzosamente que evaluar con gran frialdad las disyuntivas que se le presentan y optar por aquellas decisiones que al final del día beneficien al país como un todo.

Habrá que reflexionar muy cuidadosamente acerca de los beneficios que de manera directa o indirecta ha dejado la relación comercial que durante más de tres décadas se ha mantenido con los países de América del Norte , primero a través del Tratado de Libre Comercio (TLC) y, posteriormente, del Tratado México, Estados Unidos y Canadá ( T-MEC). Asimismo, requerirá delinear una política migratoria en sintonía con sus dos vecinos norteamericanos, de forma tal que los tres países se beneficien de dicha situación.

En materia comercial es indudable que los tratados acordados con los EE. UU. y Canadá han sido de gran valía para la economía mexicana. Si bien no han sido una panacea para subsanar la problemática económica del país, sí se ha logrado el desarrollo de sectores manufactureros de gran valía como el automotriz, el eléctrico-electrónico y todos aquellos que los surten de proveeduría, lo que ha permitido que en esos sectores se hayan logrado índices de competitividad comparables con los países más avanzados del mundo.

Sin duda alguna, los dos convenios acordados han beneficiado y fortalecido a las tres economías involucradas en los mismos, por lo que, ante la inminente nueva regionalización económica del globo, es prioritario mantener la unión regional, misma que eventualmente podría pasar de una simple unión aduanera a un mercado comunitario que derive en un mayor bienestar económico para los tres países.

Especialistas en la materia coinciden en que, en balance, la permanencia de México dentro del T-MEC dejaría muchos más beneficios que pérdidas, por lo que recomiendan atender a cabalidad la normativa acordada dentro del acuerdo, buscando siempre fortalecer la relación y un mayor desarrollo económico del país.

En materia de migración —fenómeno al que Trump ha condicionado el mantenimiento del T-MEC—, sería importante buscar un acoplamiento eficiente con los países del norte, pues, si bien existe un exceso de demanda de fuerza de trabajo, tanto de los EE. UU. como de Canadá, también se registra un exceso de oferta —mucho mayor al de demanda— lo que, por tanto, requiere de acuerdos entre los tres países para programar los flujos migratorios y sujetarse a las condiciones del mercado, pues de otra forma no cesarán las fricciones políticas actuales entre los gobiernos de México y sus vecinos del norte.

Según las estadísticas del caso, a cinco años de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, los resultados económicos y migratorios obtenidos por este país han sido negativos, por lo que las autoridades mexicanas deben ser cautas, a fin de mantener y reforzar el T-MEC, pues el futuro desarrollo y el mayor bienestar del país dependen en mucho de esta unión aduanera .

Ojalá, como se anunció recientemente a través del “Plan México”, la dirigencia política mexicana opte más por el desarrollo del país, como hacen muchos otros, sobre todo del sudeste asiático, y no, por el contrario, se privilegien proyectos populistas que generan adeptos políticos pero terminan en desastres económicos, como lo demuestran otros muchos casos de países latinoamericanos. 

Ante el nuevo panorama internacional que se avizora en el 2025, México tiene la oportunidad de capitalizar nuevas alternativas de desarrollo sin que ello ponga de por medio su soberanía. Todo lo contrario, la soberanía se fortalece en tanto se disponga de un mayor número de fuentes de empleo, de mayores índices educativos, de salud, vivienda, ingresos, en síntesis, de un mayor bienestar social para la población.

POR AGUSTÍN GARCÍA VILLA

ANALISTA POLÍTICO

@TIGRE_AGUILAR_C

MAAZ