El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, quien arribó al poder con tan solo 36 años de edad, buscará ser reelecto el próximo 9 de febrero, en medio de una serie de problemas económicos, de seguridad, narcotráfico, de gobierno y diplomáticos —en particular con México—.
Noboa llegó después de que el mandatario Guillermo Lasso dejó su insostenible cargo a través del mecanismo “muerte cruzada” y se convocara a elecciones para concluir los 18 meses de mandato que le faltaban.
El actual mandatario fue electo tras prometer mano dura contra los cárteles del narcotráfico, que tienen permeado ese país y a los cuales se les relaciona con organizaciones criminales mexicanas.
Tomó las riendas del país cuando la violencia del crimen organizado ya se había disparado a niveles sin precedentes, hasta hacer de Ecuador el país con la mayor tasa de homicidios de Latinoamérica en 2023, al registrar 47.2 por cada 100 mil habitantes, ocho veces más que 2016.
Hace un año, el 9 de enero, se produjo una ola de actos violentos atribuidos a las bandas criminales, que incluyeron motines simultáneos en diversas cárceles con unos 200 rehenes y el asalto de un grupo de encapuchados armados al canal TC Televisión durante una emisión en directo.
El mandatario elevó la lucha contra el crimen organizado a la categoría de “conflicto armado interno”; aunque las cifras oficiales muestran que los homicidios bajaron 18%, todavía son recurrentes las denuncias de extorsiones, secuestros y asesinatos contra autoridades municipales, fiscales y funcionarios de prisiones.
Para México, la llegada de Noboa representó una transgresión diplomática grave, quien el 5 de abril ordenó asaltar la Embajada mexicana para detener a Jorge Glas, exvicepresidente de Rafael Correa, condenado por corrupción y al que el gobierno del entonces presidente López Obrador había concedido asilo como perseguido político.
Esto derivó en un litigio en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya entre México y Ecuador, y el rompimiento de relaciones de México, Venezuela y Nicaragua con Ecuador, pero Noboa no se detuvo y siguió adelante con su política de tolerancia cero; es la mejor carta que tiene para buscar su reelección.
En el rubro económico, el déficit fiscal había saltado hasta cerca del 5% del Producto Interno Bruto (PIB) con un agujero de unos 4 mil 800 millones de dólares, y a la par, empezaron a registrarse apagones programados por no poder abastecer la demanda nacional de electricidad en momentos de déficit hídrico.
También está enfrentado con su vicepresidenta Verónica Abad, a quien hizo a un lado en cuanto tomó el poder y la mandó de embajadora a Israel y, hoy que le correspondía hacerse cargo del gobierno de manera provisional por la solicitud de permiso de Noboa para su campaña de reelección, fue sustituida por Cynthia Gellibert.
La violencia y el narcotráfico son, sin duda, las piedras más difíciles de sortear en sus intenciones de permanecer en el poder, claro, sin dejar de lado que hizo lo que quiso y como quiso. La pregunta es si a Noboa le alcanzará con lo hecho en poco más de un año. Ya veremos.??????
POR ISRAEL LÓPEZ GUTIÉRREZ
COLABORADOR
@PAPADEPONCHO
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