Otro contraste. Se van acumulando. La presidenta Claudia Sheinbaum, con sutileza, va marcando su propia ruta. Lejos de las formas de López Obrador, imprime su propio sello. No es que haya una confrontación, pero sí es visible un estilo distinto en la forma.
No se trata de un pleito, pero sí de diferencias cada vez más evidentes.
Desde luego nadie espera a estas alturas del partido un desmarque, pero Sheinbaum va demostrando autonomía y prioridades distintas.
Hasta ahora, en la narrativa, el “segundo piso de la Cuarta Transformación” sigue siendo el eje, pero en los hechos hay nuevas maneras de darle identidad al gobierno que recién cruzó el umbral de los 100 días.
Ayer, un nuevo contraste. Como no ocurrió durante todo el sexenio pasado, la Presidenta se reunió con gobernadores y alcaldes de todos los partidos, incluidos los de oposición. Los invitó a un encuentro, más allá de diferencias políticas e ideológicas. Se asumió jefa de Estado y no sólo cabeza de un movimiento.
López Obrador fue, a lo largo de su sexenio, líder de partido, no de la Nación. Se convirtió en jefe de pandilla, más que en jefe de Estado. Encausó todos sus esfuerzos hacia quienes votaron por él, y no hacia todos los mexicanos. A los opositores rara vez los volteó a ver. Jamás tuvo un evento como el que Sheinbaum sostuvo ayer.
La Presidenta ayer se mostró más como estadista, que como jefa de un grupo político. Y eso es bueno. Su responsabilidad trasciende la esfera electoral. Nadie le escatima legitimidad ni legalidad a su abrumador triunfo en las urnas, pero eso es tiempo pasado, ahora se trata de gobernar para todos y dar resultados.
El evento en el WTC de la CDMX fue exitoso por eso. Los propios gobernadores de oposición se plegaron ante ella.
“A nombre de todo Nuevo León y 52 municipios, quiero pedir que cerremos filas, que estemos más unidos que nunca y que juntos tendremos un gran sexenio Presidenta”, dijo Samuel García, quien llegó a la gubernatura de NL como candidato de Movimiento Ciudadano.
Más de mil 800 alcaldes y 30 gobernadores atestiguaban el momento.
“Presidenta, le agradecemos infinitamente esta invitación, diciéndole que estamos totalmente convencidos que es tiempo de mirar, es tiempo de tener solamente tres colores: el verde, el blanco y el rojo. Siempre hemos confiado en la cooperación y la coordinación”, dijo el panista Mauricio Kuri, de Querétaro.
“Cuente con nosotros, Presidenta, para seguir defendiendo la soberanía de nuestro país. Cuente con nosotros, Presidenta, para los proyectos de agua, para los proyectos de seguridad, para trabajar juntos y de la mano con usted en los temas de salud y que renazca la grandeza de este gran país”, afirmó el priista Esteban Villegas, gobernador de Durango.
Con tacto político, Sheinbaum desactiva a la oposición. Y ayer, de paso, sutilmente, pintó una raya más de contraste con AMLO.
-Off the récord
Los otros contrastes también están a la vista de quien quiera verlos: 1) adiós a la fallida estrategia de “abrazos, no balazos” y, 2) el reconocimiento -esta misma semana- del desabasto de medicamentos acompañado de nuevos esquemas de compra y adquisición de medicinas. Sin confrontación, va delineándose el sello propio.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN
MAAZ