COMANDO Y CONTROL

Relación Militar México-EU. Increíblemente Cercana

Ante la nueva realidad, las funciones de seguridad interior y de apoyo a la seguridad pública quedan en el universo de la Guardia Nacional, liberando al Ejército para que se enfoque en las funciones tradicionales de una fuerza convencional

OPINIÓN

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Íñigo Guevara Moyano / Comando y Control / Opinión El Heraldo de México
Íñigo Guevara Moyano / Comando y Control / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Por más increíble que parezca dada la retórica política, la relación militar México-Estados Unidos continúa fuerte y es cada vez más cercana. La dimensión de diálogo y ejercicios conjuntos entre SEDENA, SEMAR y el Comando Norte de Estados Unidos (NORTHCOM) se amplía e intensifica bajo una Visión Estratégica Mutua, derivada de la Mesa Redonda de Cooperación Bilateral

Militar que diseña una visión de seguridad de América del Norte compartida en el corto, mediano y largo plazo.  
Pero vamos a analizar esto desde el punto de vista estructural. SEDENA ahora está encargada de tres de las cuatro fuerzas armadas mexicanas: el Ejército, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional. Las tres son fuerzas en igualdad de condiciones, comandadas por Generales de División, cada una con un Estado Mayor y formando parte de un Estado Mayor Conjunto. El regreso de la Guardia Nacional a la SEDENA y su establecimiento como parte de la fuerza armada permanente, ayuda, por lo tanto, a que se diluya la ambigüedad operacional en el Ejército.  

Ante la nueva realidad, las funciones de seguridad interior y de apoyo a la seguridad pública quedan en el universo de la Guardia Nacional, liberando al Ejército para que se enfoque en las funciones tradicionales de una fuerza convencional. Un paso muy acertado se tomó a principios de 2024, cuando SEDENA comenzó un proceso de análisis para adoptar los conceptos, términos y vocablos necesarios para interactuar en el marco de la OTAN. Esto no significa unirse a la OTAN, pero sí significa comenzar a hablar el mismo idioma.    

Dentro de este reacomodo de funciones, el Ejército tendrá una proyección al exterior mucho mayor, y con ello la relación militar con Estados Unidos va tomando una dimensión más intensa. Desde hace más de una década ambas fuerzas armadas han buscado crear medidas de confianza mediante reuniones periódicas de secretarios, Estados Mayores y comandantes fronterizos, buscando crear puntos de conexión para construir un entramado institucional de entendimiento, hacia una visión compartida.  

Más allá de estas juntas de trabajo, también se han formalizado una serie de ejercicios conjuntos que crecen en dimensión y sofisticación operativa. Para citar algunos ejemplos, el ejercicio de las Fuerzas Amigas contempló el despliegue de 500 soldados de ambas naciones que sincronizaron una respuesta conjunta a un hipotético desastre en la frontera, un terremoto; el ejercicio Bold Alligator contempla un ejercicio anfibio conjunto de infantes de marina; el Amalgam Eagle reúne a las fuerzas aéreas de ambos países; el ejercicio Especializado Conjunto que duró 7 semanas, se llevó a cabo con fuerzas binacionales paracaidistas a nivel compañía en el Centro Nacional de Adiestramiento en Santa Gertrudis, Chihuahua y fue recíproco al ejercicio anual rotativo del Joint Readiness Training Center, que se lleva a cabo en el fuerte Johnson de Luisiana. Para 2025, la participación de cada país en estos dos ejercicios se elevará a nivel batallón, por lo que se nota un incremento en la relación.  

En lo que se anticipa son tiempos de cólera venideros, de posibles malentendidos por exageraciones, de retórica estrafalaria que probable y justificadamente obligará al liderazgo político mexicano a rendirse al empleo del sarcasmo, la relación militar México-Estados Unidos vislumbra como un puente de entendimiento serio, discreto y estabilizador entre ambos países.

POR IÑIGO GUEVARA
DIRECTOR DE LA COMPAÑÍA DE INTELIGENCIA JANES Y ACADÉMICO VISITANTE DEL ATLANTIC COUNCIL, EN WASHINGTON, D.C.

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