UNA CHAIRA EN EL HERALDO

Les Hijes del Máiz

e hecho, siguiendo el trazo genético de alguna de éstas, encontraron el ADN de una de las especies más antiguas en el continente y todavía se cultiva aquí en la zona rural de nuestra capital! En México aún se conservan tres especies criollas

OPINIÓN

·
Fernanda Tapia / Una Chaira en El Heraldo / Opinión El Heraldo de México
Fernanda Tapia / Una Chaira en El Heraldo / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Interrumpo mis entregas hablándoles de los IMPRESENTABLES, para entrarle un tema harto espinoso. El veredicto favoreció a EU en una diferencia comercial con México, que intentaba prohibir “las importaciones de maíz genéticamente modificado para consumo humano”.

Charros. Tal vez no debimos apelar a los daños que produce a la salud (asunto en el que ni la ciencia se ha podido poner de acuerdo con pruebas irrefutables), sino invocar el principio de “precaución”, como se ha defendido la Unión Europea. Amén de que es pieza fundamental en nuestra cultura: como lo dijo nuestra Presidenta: “Sin maíz, no hay país”.

Aquí también hemos hecho cruzamientos entre especies, pero la selección bajo domesticación es un proceso que imita la selección natural. La CORENADR creó la Casa de las Semillas, donde seleccionan las semillas más fuertes y exitosas para el cultivo y se conservan para cuando el o la campesina las reclame.

De hecho, siguiendo el trazo genético de alguna de éstas, encontraron el ADN de una de las especies más antiguas en el continente y todavía se cultiva aquí en la zona rural de nuestra capital! En México aún se conservan tres especies criollas. Muchas ya adaptadas a cambios de clima y algunas plagas. Pero… todo eso podría perderse. Sobre todo, sería un grave problema para la soberanía alimentaria del país y para los pequeños productores rurales.

El maíz transgénico está manipulado genéticamente, como su nombre lo dice, agregando genes de otra especie, pero no otra especie de maíz, sino… una bacteria, por ejemplo. Como está diseñado en un laboratorio, tiene algo que podríamos llamar “derechos de autor”, y lo que es peor: el maíz que se obtiene (por lo general), no se puede reproducir. Es decir, que quien lo siembra debe comprarle al dueño de la patente más maíz y los químicos necesarios para seguir produciéndolo.

Si el daño en los seres vivos que pudiese provocar el maíz transgénico no está comprobado, el que provocan estos químicos al medio ambiente, sí lo está. Lo común es que vayan de la mano, las semillas transgénicas y el glifosato. Biólogos descubrieron que la mortandad de la mariposa monarca en campos norteamericanos, se debe a este producto. Y claro, los polinizadores no diferencian plantíos transgénicos de los otros.

Un campesino que cosechó, sin saberlo, maíz transgénico en su parcela, ya que ésta se encontraba muy cercana a una de maíz intervenido. La compañía dueña de la patente, intentó decomisar la producción, exigiendo el pago de los derechos. En otra ocasión, nuestros productores de miel yucatecos, enfrentaron el rechazo de sus productos exportados a Europa, ya que “contenían transgénicos”.

El problema era que sus abejas habían libado en los cultivos de soya transgénica de ese estado. En un próximo sol, de un futuro Popol Vuh, acaso estaremos hechos de maíz, pero transgénico? O nuestra LUNA será una enorme tortilla transgénica que va devorando un conejo durante el ciclo lunar?

POR FERNANDA TAPIA

DENUNCIAS@FERNANDATAPIA.COM        

@TAPIAFERNANDA

PAL