DES... PROPÓSITOS

México: nuevo gobierno, nuevas oportunidades

El nuevo gobierno que asumirá el poder el 1º de octubre enfrenta serios retos en materia de desarrollo que involucran diferentes alternativas

OPINIÓN

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Agustín García Villa / Des...propósitos / Opinión El Heraldo de México
Agustín García Villa / Des...propósitos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El nuevo gobierno que asumirá el poder el 1º de octubre enfrenta serios retos en materia de desarrollo que involucran diferentes alternativas y muchas que podrían beneficiar el crecimiento económico del país, pese a que el México que recibirá el gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum enfrenta serios problemas en materia de crecimiento económico, productividad, déficit público, endeudamiento, una planta productiva poco diversificada y un considerable rezago en materia de infraestructura que deben ser afrontados con rapidez.

Los últimos indicadores disponibles muestran un deterioro económico grave que modifica las estimaciones de un crecimiento del 2.4 a uno de 1.5% para este 2024, producto, entre otras variables, de menores niveles de inversión productiva, tanto nacional como extranjera, que deberá ser atendido de manera inmediata a fin de evitar un colapso económico.

Sin duda, entre las acciones para enfrentar los problemas económicos actuales deberá considerarse de forma prioritaria el mantenimiento y consolidación de una estrecha relación con nuestros principales socios comerciales. 

Según la estadística oficial, los nexos comerciales instituidos inicialmente a través del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (TLCAN), y luego en el T-MEC, coadyuvaron a que México experimentará un crecimiento económico sostenido durante las últimas tres décadas.

Sería un despropósito que en las circunstancias actuales, en que la economía mundial vive  una de las mayores disrupciones económicas de la historia debido a la creciente aplicación de procesos cibernéticos, México descuidara su relación con Estados Unidos, país vanguardista dentro de esta revolución, lo que sin duda repercutiría desfavorablemente para nuestro país. 

Lo más prudente sería la capitalización de todos los beneficios que esa nueva revolución tecnológica puede traer a México en cuanto mayor eficiencia productiva, más niveles de inversión y consumo, creación de fuentes de trabajo, una mayor recaudación tributaria, etc., con un impacto favorable para el desarrollo futuro de la economía nacional. 

Una de las primeras acciones de gobierno en materia económica, por tanto, será  preparar una estrategia que permita sortear con éxito la ya próxima revisión, en 2026, del T-MEC, considerando de manera sustantiva las posibles interpelaciones de nuestros socios comerciales, relacionadas con las muy factibles nuevas reformas a la Constitución, ya en discusión, propuestas por el saliente presidente, Andres Manuel  López Obrador.

De ser aprobadas, muy probable que la nueva administración deba demostrar en 2025 su eficacia y conveniencia a nuestros principales socios comerciales. Caso contrario, habrá el tiempo suficiente para llevar a cabo los ajustes necesarios y poder llegar a dicho compromiso con los elementos necesarios que permitan afianzar la relación existente. En la actualidad alrededor de 50% de la inversión extranjera directa total en México proviene de Norte América, región a la que también fluye alrededor de 90% de las exportaciones nacionales. 

El nuevo gobierno deberá considerar además una amplia campaña promocional que ofrezca certidumbre al inversionista, incluso la ratificación de un inquebrantable estado de derecho, pues, de ello dependerá que el país continúe captando inversión productiva, nacional y extranjera, que fortalezca sus niveles de eficiencia económica. 

El optimismo que generalmente brinda un cambio de gobierno, sumada a las actuales posibilidades de atracción de nuevas inversiones, derivadas, sobre todo, del efecto de “nearshoring,” deben ser aprovechados al máximo. Ante la cerrazón y el creciente proteccionismo económico que enfrenta el mundo actualmente, el nuevo gobierno deberá reforzar sus vínculos económicos regionales, lo que permitirá alcanzar altas tasas de crecimiento y asegurar mejores niveles de vida para la población. 

POR AGUSTÍN GARCÍA VILLA

ANALISTA POLÍTICO

@TIGRE_AGUILAR_C

MAAZ