DEFINICIONES

Adiós

Si como él ha dicho, a partir del 1 de octubre se retira, estamos ante las ultimas horas de AMLO en la vida pública

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de México
Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Si como él ha dicho, a partir del 1 de octubre -cuando termine su sexenio y entregue la banda presidencial a Claudia Sheinbaum- se retira, estamos ante las últimas horas de Andrés Manuel López Obrador en la vida pública. Pero el aún presidente ha demostrado que su palabra vale muy poco. Es difícil creerle. Miente sistemáticamente. Lo hizo de principio a fin en su sexenio.

La mentira se convirtió en columna vertebral de la estrategia de su gobierno. Se institucionalizó. La verdad pasó a segundo término; fue más relevante confundir para convencer, utilizar medias verdades, sesgar cifras, manipular datos, estacionarse en lugares comunes y atacar con frecuencia a sus adversarios.

“Llamo a todos los mexicanos a la reconciliación y a poner por encima de los intereses personales, por legítimos que sean, el interés general”, dijo en el Zócalo de la CDMX la noche del 1 de julio de 2018, el domingo de su arrollador triunfo presidencial.

Seis años y tres meses más tarde, es indudable que no abonó a la reconciliación de los mexicanos -en los hechos, en varios terrenos se profundizó la división- ni tampoco antepuso el interés general al personal.

Su gobierno se trató de él, su popularidad y su legado. Desde su púlpito en Palacio Nacional manipuló y engañó. En promedio, más de 100 mentiras o aseveraciones falsas en cada mañanera (según SPIN), un promedio de una por minuto.

Mintió cuando dijo que no atacaría instituciones, cuando afirmó que respetaría la crítica y libertad de expresión, cuando aseguró que no perseguiría adversarios, cuando señaló que el sistema de salud pública era el mejor del mundo o que en la megafarmacia estarían todas las medicinas del planeta. Mintió cuando prometió regresar al Ejército a los cuarteles, resolver el caso Ayotzinapa, o cuando dijo que la violencia bajó, pero su sexenio rompió récord en homicidios. Mintió cuando prometió enjuiciar a los expresidentes y bajar la gasolina.

Mintió cuando afirmó que era el presidente más feminista de la historia, pero el gobierno gaseó mujeres; cuando dijo que “el dolor no me es ajeno” pero fue incapaz de recibir a las madres buscadoras o caminar las calles devastadas de Acapulco ante el paso del huracán Otis. Mintió cuando aseguró que México creció al 3.45% anual durante su gobierno, cuando en realidad apenas arañó el 1%. Mintió, mintió, mintió…

El país que deja López Obrador no es el que su fantasía vende. Sus otros datos no pueden esconder lo que hereda. México es el país de los 200 mil asesinados y las más de 100 mil personas desaparecidas. Es uno donde millones de niños no tienen vacunas, y cientos de miles murieron por la negligente gestión de la pandemia.

Es un país donde los aplaudidores son apapachados por el poder y los críticos son atacados para silenciarlos. Es un México donde las Fuerzas Armadas son más poderosas que nunca, participan en todos los proyectos estratégicos y el principal cuerpo de seguridad civil, la Guardia Nacional, se ha convertido en uno militar.

No se acabó con la corrupción ni se terminaron los negocios al amparo del poder. Segalmex y los incontables señalamientos hacia los hijos del presidente opacan al discurso triunfalista que Palacio Nacional se empeña en vender.

En el papel, López Obrador ya se va. Deja un desastre en muchos frentes y hereda un territorio minado a su sucesora. Adiós.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN    

M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM                               

@MLOPEZSANMARTIN 

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