Lo que no vieron venir los conservadores, que, como ya se les ha repetido, están desesperados, es que nuestro movimiento tiene un organismo sancionador de represiones. Conforme a los principios sacrosantos de la austeridad republicana, es un organismo de un solo hombre: el Epi. Pero ¡qué hombre!
Como nos hizo saber el propio Eisenstein del la 4T en un tuit auto referencial de esos que tan bien se le dan, estamos hablando de un guerrero del humanismo mexicano; de un, se ha repetido también y es justo que así sea, Rambo de izquierdas.
El Doctor Patán, según su psiquiatra por una cuestión de la edad, ha perdido memoria, pero las palabras de mi Epi, que –y ofrezco disculpas– no recuerdo con precisión, nos hacen saber, grosso modo, que estamos ante un hombre que ha atravesado parabrisas en escenas de acción propias de un Hollywood progresista; desafiado a francotiradores; enfrentado a los Navy Seals en combates cuerpo a cuerpo; detenido ráfagas con el pecho y desactivado minas con los dientes, todo ello acicateado por Fidel Castro, que le tenía un cariño y una admiración a la altura de sus merecimientos, o sea enormes, y sin soltar un segundo la cámara, como en ese sentón del AIFA del que espero que se haya recuperado plenamente: el coxis es traidor. Tiembla, Jason Statham.
Ya sé: muchos de ustedes pensarán que el camarada Epigmenio vive cómodamente de los préstamos y exenciones fiscales que les ha provisto el régimen eterno del Ex Quinto Presidente Más Popular del Mundo, pero detrás de esa recompensa a su lealtad y su talento hay una vida de riesgos y desafíos al imperialismo yanqui y sus lacayos latinoamericanos, con la consecuencia inevitable de que te dejan ir los lacrimógenos.
MI Epi, se los aseguro, los ha respirado tanto que a estas alturas los podría usar como aromatizador de coche. Tigre. Por eso, por ese currículum, quiero decir, es que tiene toda la autoridad para decirte si fuiste o no fuiste reprimido, como hizo el otro día en el programa de Ciro con la reportera Miriam Moreno. “No te han gaseado lo suficiente”, le dijo a Miriam, para dejar bien claro que en este país, digan lo que digan, ya no hay granaderos y no se reprime al pueblo. Ponle que un soplidito de extinguidor para mantenerte a raya, pero poco más.
Vaya, que el órgano sancionador no avaló las acusaciones de la compañera Moreno, con lo que mandó, además, el mensaje de que el humanismo mexicano promueve que un hombre de verdad, un Lord Testosterona, le explique las cosas a una mujer confundida.
Bueno, pues sepan, conservadores, sepulcros blanqueados, que lo que aplica para Miriam, aplica para cualquiera. La próxima vez que quieras denunciar un supuesto acto represivo para desacreditar a nuestro movimiento, pregúntate lo que te preguntaría el Epi: a ti, ¿ya te gasearon lo suficiente?
POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09
MAAZ