La escena expandida

Delirante, “Alcoholic logic”, de Karla Paola Torres

La puesta en escena indaga en el interior de la naturaleza humana, que, a veces, puede ser oscura y decadente

Delirante, “Alcoholic logic”, de Karla Paola Torres
Juan Hernández / La escena expandida / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

Terminar con ganas de una borrachera luego de ver una obra de teatro no es algo que ocurra muy frecuente. La propuesta de Alcoholic logic, de Karla Paola Torres Jaime, con la producción de Mauricio Jiménez, lo logra de manera efectiva; no sólo porque recurre a una ritualidad conocida, la del estado del desamor, también porque mueve en el interior a la nostalgia, recuerda el acto de la creatividad que destruye (la parte siniestra del arte), el amor enfermizo y, al mismo tiempo, la decadencia… la condición humana en un acto.

Toda una sorpresa, por otro lado, encontrarse con una intérprete que no sólo es una actriz superdotada, que se arriesga retomando el espíritu de dos personajes de la farándula estadounidense y grandes leyendas: Las inolvidables Janis Joplin y la inmortal Amy Winehouse, ambas víctimas de alcoholismo y drogadicción, cuya sensibilidad y grandes creaciones no podrían entenderse sin su arte, porque es en sus canciones e interpretaciones en las que ofrecen una visión de la condición trágica del ser humano, y también momentos altamente luminosos, en términos poéticos.

Pero decíamos que Torres no sólo es esa actriz virtuosa, también es una cantante con diferentes rangos de voz y el sentimiento poético que se pone muy cerca del que expresaban aquellas intérpretes inolvidables. Por otro lado, aunque Karla asegura no haber estudiado danza, uno podría pensar que tiene entrenamiento como bailarina, por la manera en que desarrolla el discurso del cuerpo en escena: expresiva, con contorsiones y liberaciones que recuerdan a una técnica dancística, que no mencionaremos, porque en esencia Karla se mueve a partir de lo que el personaje le pide y ella tiene el entrenamiento necesario para que sus estados físicos se traduzcan en grandes gestos que coronan la acción.

(Fotos: Gustavo Eleazar de Yermo y Parres)

Alcoholic logic también hace homenaje a otro personaje memorable: El estadounidense William Burroughs (1914-1997), miembro de la generación Beat, aunque él nunca se quiso encasillar dentro de ese movimiento literario.

Debemos recordar que el novelista, ensayista y artista visual vivió una temporada en México, en donde, literalmente, se metió hasta en las alcantarillas, visitó los lugares marginales, peligrosos, que ni un mexicano común ha llegado a conocer como lo hizo el impulsivo escritor.

(Fotos: Gustavo Eleazar de Yermo y Parres)

Burroughs se adentró en las cloacas, experimentó en su carne el efecto de la embriaguez y de las drogas, y logró crear una obra literaria reconocida, en la que potencia esa experiencia de vida a través de un manejo virtuoso del lenguaje.

Si bien no es objetivo de esta columna hacer una crítica literaria y tampoco musical, sino escénica, no podíamos dejar de hacer mención de los tres personajes que son la esencia, la inspiración y el espíritu de la obra que presenta Karla Paola Torres. Alcoholic logic (que también es el nombre de una canción de Amy Winehouse), es una obra itinerante, que festejó 100 representaciones en el marco de la 15 Cruzada Central por el Teatro, en el Foro Escénico del Museo de la Ciudad de Querétaro, con música en vivo de Diego Alejo, que dialoga con mucha efectividad con las acciones de Karla Paola.

(Fotos: Gustavo Eleazar de Yermo y Parres)

La actriz, creadora del texto y directora, rompe con clichés y categorías limitantes del teatro, invitando a una puesta en escena contemporánea que hace que se crucen el happening, el performance, el concierto, la actuación, el teatro en su sentido más amplio y, de nuestra parte, también diríamos que la danza.

El espectáculo es como Karla: ecléctica, amplia en sus registros actorales, vocales, sonoros, rituales, corporales y gestuales. Una obra que vale la pena como experiencia de vida. La noche culminó con la develación de una placa, con el padrinazgo de la coreógrafa y bailarina Laura Rocha, y el actor y maestro de teatro del siglo de Oro, Óscar Ulises Cancino.

(Fotos: Gustavo Eleazar de Yermo y Parres)

Le deseamos una vida larga a esta puesta en escena que nos hace sentir el triunfo de Dioniso sobre Apolo. El pathos griego de la Antigüedad clásica se nos desvela en esta puesta en escena, en la que el juicio se ausenta para convertirse, también, en el temido viaje por el mítico laberinto en donde la bestia, el Minotauro, espera, para recordarnos que nuestra naturaleza y condición humana es siniestra, decadente y oscura.  

POR JUAN HERNÁNDEZ 

COLABORADOR 

TW: @ISLAS33 / IG: @JUANHERNANDEZ4248

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