A tan solo 15 días de que concluya el mandato del presidente más destacado de México en el siglo XXI, dos farsantes, defensores a ultranza del antiguo régimen de corrupción y privilegios, hicieron el ridículo al lanzarse contra el mandatario con mayor legitimidad y aprobación popular en la recta final de su gobierno.
Estos falsarios, figuras desgastadas del viejo PRIAN, intentaron defender la oligarquía que, con la ayuda de estos bribones, saqueó al país durante décadas, dejándonos endeudados por generaciones.
Me refiero, desde luego, a las declaraciones del ex presidente priista Ernesto Zedillo y a la insulsa carta dirigida al primer mandatario por Genaro García Luna, el ex funcionario delincuente, narcotraficante y "superpolicía" de los gobiernos panistas de Felipe Calderón y Vicente Fox.
Zedillo tuvo el descaro de afirmar que la Reforma Judicial “enterrará la democracia” y que es una “felonía histórica” cuyo fin es la “destrucción del poder judicial”.
Aún más, se atrevió a señalar que era una venganza y un acto autoritario. ¡Qué cinismo! Porque si alguien fue un presidente autoritario, perverso, vengativo y antidemocrático, ese fue Ernesto Zedillo Ponce de León.
Su gobierno fue un calvario para los mexicanos. En sus primeros días provocó, con el tristemente célebre “error de diciembre”, una crisis que sacudió la economía y generó más pobreza extrema.
No olvidemos que convirtió en deuda pública la deuda privada de los bancos, mediante el Fobaproa, condenándonos a pagarla por generaciones.
¿Con qué autoridad moral se atreve Zedillo a hablar de ética, libertades, justicia y democracia? Si es el responsable inmoral de la matanza de indígenas en Acteal y Aguas Blancas; si redujo las pensiones del 100% al 30% del salario, condenando a los pensionados a la miseria, privatizó los Ferrocarriles Nacionales de México bajo el pretexto de modernizarlos y al terminar su presidencia huyó del país para trabajar como asesor en una de las empresas privadas a las que “regaló” parte de los ferrocarriles.
En su pleito a muerte con su antecesor, y en venganza contra Carlos Salinas, Zedillo encarceló a uno de sus hermanos, otro fue asesinado en circunstancias inexplicadas, y desmanteló la Suprema Corte de Justicia de la Nación para reemplazar a los ministros salinistas por sus incondicionales. “La justicia soy yo”, solía decir a sus excolaboradores Zedillo.
Eso sí que fue un acto autoritario y antidemocrático contra el Poder Judicial, al puro estilo del viejo PRI. Zedillo será recordado, le guste o no, como un presidente entregado al neoliberalismo que, además, cometió la perversidad de entregar la presidencia a un gerente de la transnacional que produce el refresco más vendido en el mundo.
Dos días después del ridículo de Zedillo, llegó el de Genaro García Luna, ahora conocido como el superpolicía más corrupto de la era moderna.
En un acto desesperado, García Luna, sin aportar pruebas, hizo pública una carta en la que intenta expiarse y señala que todo fue un complot perpetrado por AMLO, los fiscales y el juez Brian Cogan, quien lo encontró culpable de los cinco delitos graves de los que fue acusado.
Pero tan risible e increíble fue su misiva que incluso sus correligionarios panistas le dieron la espalda.
Hicieron bien, porque 24 horas después de su publicación, los fiscales del caso anunciaron la sentencia que solicitarán al juez Brian Cogan para García Luna: cadena perpetua y el pago de cinco millones de dólares, lo que le impedirá volver a pisar la calle.
Además, los fiscales denunciaron que ya en prisión, García Luna continuó cometiendo delitos, intentando obstruir la justicia al ofrecer hasta dos millones de dólares a reclusos para que testificaran a su favor y en contra de la fiscalía.
Con esta información, la carta de exculpación de Luna se convirtió en un ridículo cuento que solo confirmó su capacidad criminal para mentir.
La verdad se impuso sobre la mentira, la calumnia y la deshonestidad de estos espurios voceros del PRIAN, que ya no pueden engañar a un pueblo informado, que conoce perfectamente las tropelías de las que son capaces.
POR VÍCTOR HUGO ROMO DE VIVAR GUERRA
DIPUTADO EN EL CONGRESO DE LA CDMX
@VROMOG
EEZ