COLUMNA INVITADA

Pemex en la crisis climática

Después de invertir 70 mil millones de dólares en esta empresa las metas de producción siguen por debajo del objetivo

OPINIÓN

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Créditos: Especial

¿Qué futuro le espera a Petróleos Mexicanos en el contexto de la crisis climática? El gobierno saliente apostó por una estrategia sesgada (y obligada por la inmediatez) a esta compleja pregunta: rescatar a esta empresa paraestatal, recuperando su producción y con ello garantizar la soberanía energética.

Esto implica dos retos enormes: sanear la delicada situación financiera de Pemex y viabilizar la refinación, una actividad en la que esta paraestatal no ha encontrado la manera de evitar pérdidas masivas. Estas metas se relacionan con un objetivo, dejar de importar derivados que generan costos onerosos para México.

Después de invertir 70 mil millones de dólares en esta empresa las metas de producción siguen por debajo del objetivo (1.5 millones de barriles producidos en promedio durante el primer semestre de 2024 versus 2.5 millones proyectados por el gobierno). Mientras tanto, las pérdidas de Pemex Transformación Industrial (encargada de la refinación) ponen en riesgo la viabilidad futura de esta paraestatal.

A estos retos inmediatos se suma la pregunta que da inicio a esta columna, ¿qué futuro tiene esta paraestatal, asediada por varios flancos, en el contexto de la crisis climática y de la necesaria transición energética que la acompaña? Esta transición implica en el mediano plazo la diversificación de nuestra matriz energética, con hidrocarburos compartiendo cada vez más la generación con renovables.

Pemex y otras empresas paraestatales, que representan más del 50% de la producción mundial de petróleo, conciben esta transición energética como una amenaza. En su Plan de Sostenibilidad y su Informe de Riesgos Climáticos, Pemex ha hecho pública su concepción de que la transición energética tendrá un impacto negativo en sus finanzas, reduciendo el capital para inversiones y la implementación de medidas como impuestos de carbono y eliminación de subsidios como amenazas ligadas a esta transición.

Esto contrasta con la CFE, que en este momento se le abren áreas de oportunidad como la electrificación de la movilidad. En su presentación como Director General de Pemex, el académico experto en economía energética Víctor Rodríguez Padilla, se pronunció a favor de integrar fuentes renovables a la matriz de generación de Pemex y hasta habló de incursionar en el litio.

A estas medidas podrían sumarse otras que no están tan presentes en el debate colectivo como la captura y almacenamiento de carbono, el hidrógeno verde y la generación de biocombustibles. Al gobierno entrante se le están juntando los pendientes de la estrategia de soberanía energética del actual gobierno y la impostergable necesidad de hacer frente a la crisis climática.

Una propuesta a bote pronto podría ser el involucramiento de privados en refinación dentro de nuestro territorio, lo que podría garantizar nuestra seguridad energética y que podría ayudar a levantar la producción nacional. Esto también podría implementarse sin que Pemex pierda su papel preponderante en nuestro sector energético. Pero más allá de esto, es importante que Pemex elabore una estrategia clara para hacer frente a la transición energética.

El gobierno entrante se enfrenta al desafío de sentar las bases sobre como se verá Pemex en las décadas venideras, que serán marcadas por la crisis climática. El reto de emparejar esta imperante necesidad con el proyecto de la izquierda de mantener una preponderancia pública sobre el sector energético es formidable y pronto empezaremos a ver algunas respuestas.   

Por: Samuel León Sáez

@SLeon_S_