Cada vez somos más los que hablamos de un mundo equitativo, justo y libre de violencia, como mujeres y hombres de hoy, es imperioso despertar esa conciencia para comprender el origen de la falla, deficiencia o logro en la conexión con la capacidad y habilidad de emitir y recibir de manera verbal y no verbal la comunicación, transmitidas evolutivamente y que por supuesto vamos fortaleciendo o mermando día a día. (Relaciona esta información con la columna anterior).
Límite: Saber identificar y respetar tu espacio y el mío (Este espacio puede ser corporal, mental o emocional). Aceptar un NO por respuesta y saber decir NO, es una muestra de ello. Respetar, atender y validar lo que una persona comunica, también.
Violencia: Daño físico, mental, emocional, material que se lleva a cabo de manera voluntaria o por negligencia.
Empatía: Capacidad de recibir, comprender y acompañar a una persona de acuerdo a lo que comunica verbal y no verbalmente sin confundirse con los propios pensamientos y emociones.
Ejemplo de invasión de límites: Tocar sin consentimiento, suponer o dar por hecho lo que otra persona piensa o siente, hablar sin parar, entrar al espacio de otra persona sin permiso.
Ejemplo de violencia voluntaria: Gritar, golpear e insultar a otra persona por sentir enojo, aplicar la ley del hielo, excluir, usar el sarcasmo, no permitir al interlocutor externar sus opiniones.
Ejemplo de violencia por negligencia: Decirle a una persona que está compartiendo una situación angustiante que está exagerando, que todo va a estar bien, que deje al tiempo hacer su trabajo, que no llore, que su miedo es infundado.
Ejemplo de ausencia de empatía: Escuchar a una persona que comparte su experiencia de pánico a las arañas, observar como comienza a temblar y sudar y pensar que está exagerando, no comprender y reírse por las conductas que realiza dicha persona
A veces nuestros limites son traspasados, nos experimentamos violentados y no recibimos empatía, que nos lleva a alejarnos de la sociedad y del disfrute de la vida, por sentirnos lastimados o rechazados, sin embargo, muchas veces somos nosotros mismos los que sin darnos cuenta, por negligencia no nos prestamos atención, trasgredimos nuestros limites y nos violentamos. (Cuando no me observo, no me escucho, no me valido, me lastimo) La fuente del amor, la aceptación, la libertad está en ti, abrázate y acompáñate.
POR MARÍA ISABEL ROMERO LÓPEZ
MAESTRA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA INTEGRATIVA
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