La relación política, comercial y de seguridad entre México y Estados Unidos siempre ha sido compleja y, en ocasiones difícil, pero en sectores como el agroalimentario se ha destacado por transitar bien y en beneficio de ambas naciones.
En el mes de junio, debido a la agresión contra dos funcionarios del Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal, Estados Unidos anunció la suspensión de las inspecciones de aguacates y mangos en Michoacán, con lo que se pausaron las exportaciones.
Si bien el problema fue ocasionado por un tema de inseguridad en la región y no por cuestiones sanitarias, el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, buscó una solución con el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, y el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, para evitar mayores afectaciones a los productores locales.
La importancia de esta industria radica en que en los últimos 10 años, México exportó aproximadamente 11 millones de toneladas de aguacate y cuatro millones de toneladas de mango a Estados Unidos, lo que genera empleos, divisas y mejores ingresos a los participantes de esta cadena.
Por ello, el funcionario federal propuso a las autoridades estadounidenses contar con inspección mexicana para evitar futuras suspensiones en la comercialización de estos productos, toda vez que México cuenta con personal y capacidad técnica para asumir estas tareas.
Es decir, sustituir de forma progresiva a los inspectores del Departamento de Agricultura de Estados Unidos con personal mexicano, porque el país cuenta con las condiciones científico-técnicas para realizar estas funciones.
La buena noticia es que ayer se informó que los gobiernos de ambos países acordaron transferir las actividades de muestreo y certificación de huertos al personal de la Secretaría de Agricultura.
Lo anterior, refleja que los productores, empacadores y exportadores de aguacate de México han realizado de manera satisfactoria las actividades de campo para la detección de plagas de interés cuarentenario y, en su caso, para su control.
Asimismo, con esta transferencia de responsabilidades, ambas agencias sanitarias refuerzan los lazos de cooperación para continuar avanzando en la agenda bilateral.
Esto refleja el mejor momento por el que atraviesa el comercio agroalimentario entre México y Estados Unidos, abonado en los últimos años por la excelente relación entre los titulares de Agricultura de ambos países y, ciertamente, por el papel más activo que han comenzado a jugar actores relevantes, como en este caso el gobierno de Michoacán, para asegurar las condiciones necesarias que faciliten el trabajo de los productores y la satisfacción de los consumidores.
El Gobierno de México ha llevado lejos esta relación, como lo demuestra el incremento de las exportaciones nacionales, a través de un comercio ágil y complementario, además de la cooperación bilateral en temas sanitarios y medioambientales, por mencionar algunos.
Será tema de las próximas autoridades nacionales aquilatar y no dejar caer esta relación, en particular ante el nuevo gobierno que surgirá de las elecciones de noviembre próximo y la nueva política bilateral que tendrá la Unión Americana hacia nuestro país.
POR MARIANA OTERO BRIZ
COLABORADORA
@BRIZCOCHO
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