No hay peor escuadra en el torneo, que el Querétaro de Mauro Gerk, que parecía tener un proyecto al menos interesante hablando estrictamente de la continuidad de ese cuerpo técnico, aunque de momento todo se le ha desplomado.
Sin embargo, si no fuera por los Gallos, hay una escuadra que tendría casi todos los argumentos para ser la peor, algo que contrasta con su historia ganadora en tan corto plazo en primera división. El Santos Laguna, del corporativo Orlegi Sports, a quien ya atacó el cáncer más grande del balompié mexicano. La multipropiedad.
Esa que los directivos prometían que iba a desaparecer en dos ocasiones y nada más no han podido con ella. Hace algunos años, fueron el América, San Luis y Necaxa, dueños de una misma empresa y a ninguno le iba realmente bien.
Se intercambiaban jugadores hacia todos lados, y en realidad ninguno pudo establecer un proyecto con bases solventes. De ahí que al final se decidieran por mantener a las Águilas del América, dado que estos dos equipos volvieron a resurgir del circuito de ascenso, aunque ya con diferentes propietarios.
Un cuadro totalmente desangelado, y con una falta tremenda de calidad es en lo que hoy se ha convertido los laguneros. Han ido desprendiéndose de pilares fundamentales como Fernando Gorriarán, uno de los mejores centrocampistas de la liga; Juan Bruneta, quien ostentara números de escándalo en torneos anteriores, que incluso lo podían, en mi punto particular de ver el futbol, poner en Europa.
Ya sólo falta Carlos Acevedo para que sepulten prácticamente todas las esperanzas de soltar a todos los elementos con gran calidad que les quedan. Alan Cervantes y Omar Campos son otros de los que abandonaron sus filas. Santos ha dejado de importar en las prioridades de Irarragorri y los suyos teniendo un modo de operar sumamente característico.
Su planeación de torneo es más o menos así, y cada que viene uno nuevo, sabemos que por añadidura así volverá a ser.
Dante Elizalde sale a dar la cara diciendo con un discurso digno del Papa sobre el fracaso del equipo en el certamen anterior. Luego, dicen que van a tener pretemporadas de triple sesión y que van a traer refuerzos. Pasan los días, las semanas y no anuncian a nadie.
Una semana antes de arrancar anuncian a uno o dos refuerzos. Después de la jornada 2 anuncian a los últimos, para que lleguen en la Jornada 8 y se adapten el otro año. Eso ha derivado en un déficit de resultados tristísimo, y poco a poco, se empiezan a notar las malas decisiones. De tener años gloriosos fueron desprendiéndose de su calidad, les han destinado menos dinero a sus fichajes y ahora lo único que les importa es el Sporting de Gijón, e incluso, al Atlas de Guadalajara.
Los directivos deberían vender la franquicia, porque los más perjudicados son los fanáticos Albiverdes. Esperemos que pronto podamos verlo. Parece que la institución ya no le sirve a los de pantalón largo, ni siquiera para vender como antes.
POR JOSÉ EDUARDO IGA
TITULAR DE ARREBATO DEPORTIVO EN EL HERALDO RADIO TORREÓN
@JOSE_IGA
MAAZ