Sucede periódicamente: la atención de mucha parte del público está en un logro, mientras hay otros factores como para pensarlo seriamente.
Mucha de la banda beisbolera impresionada –no es para menos– con el home run 50 en esta temporada por parte del tremendo pelotero yankee El Juez Aaron Judge, quien está en la ruta, quizás inevitable, de superar su marca de 62 estacazos, y seguramente varios récords más, ya con ese logro de tres temporadas, con 50+ vuelacercas metiéndole a una selectisima lista de extraordinarios cañoneros.
Aunque, siempre hay otras cifras como para también tomar en cuenta, sobre todo, si queremos que la pelota esté en juego.
Se cumplieron dos años de una extrañísima manera de acceder a una marca histórica de las Grandes Ligas, al menos desde cuando se tiene registro, por parte de un lanzador.
El diestro, actualmente todavía de los Marineros de Seattle, en su temporada debut tuvo 25 aperturas y lanzó 130 episodios, dejando su marca en un muy decente 8-5, y su 3.39 de PCLA.
Siendo ese 2022, justamente un 24 de agosto en el T-Mobile Park, casa de los Marineros, lanzó cabalísticamente ¡24 strikes consecutivos en su apertura! Y es aquí donde viene lo interesante, pues le conectaron cinco hits y le anotaron una carrera hasta que lanzó su primera bola en el tercer episodio, nada menos que a Cabajoey Meneses, nuestro compatriota.
Esta rara consecución de lanzamientos considerados strike para el registro (no todos fueron a la zona) no se tenía con una referencia más que lo hecho por Joie Musgrove para los Piratas de Pittsburgh, en 2018 (con 21), y Brett Cecil, con los gloriosos Cardenales de San Luis, con la misma cantidad, un año antes.
Curiosísimamente, en ese mismo juego perdido por los Marineros 3-1, con los Nacionales de Washington –el peor equipo de las Grandes Ligas en esos momentos– también Julio Rodríguez se metió como el primer novato del equipo en aventarse el 20/20 (HRs/robadas) en una temporada, algo logrado por otro connacional (¿oh sorpresa?) Randy Arozarena, en 2021.
Pero aquí la revisión viene en el tenor de sí se volvió tendencia el hecho de que un lanzador sea tan “sincero” y ataque constantemente la zona de strike, nadie lo aconsejaría en su sano juicio, pero… siendo este raro acontecimiento algo sucedido hace dos años, bien pudiera pensarse si el beisbol iría hacia allá.
La realidad de las cosas es que el pitcheo es el arte del engaño y si siempre atacas la zona, por muy buen comando y repertorio que tengas, el bateador rival sabrá tu intención de constreñirse a esa área de seis pelotas juntas como el ancho (el alto evidentemente variable) las cuales significan la posibilidad de poncharse.
Bien decía el extrañado Tommy Morales: ponchar mucho, significa también muchas pichadas, y esto de tirar nada más zona buena parece no necesariamente ser ni economía procesal ni amigable con el tiempo de juego.
Extra Inning: otro para la historia, eso de que Danny Jansen jugará a sus 29 años el mismo juego para dos equipos distintos (Azulejos/Medias Rojas) es una chunga, la cual no se debe repetir, por amor al juego. Simplemente, se debe hacer inelegible al pelotero si esto vuelve a presentarse como posibilidad.
POR ALEJANDRO AGUERREBERE
PAL