POLÍTICA Y DIPLOMACIA SOSTENIBLE

Los desafíos del desarrollo humano

El desarrollo humano pone a la persona en el centro de todas las políticas públicas

OPINIÓN

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Miguel Ruiz Cabañas / Política y Diplomacia Sostenible / Opinión El Heraldo de México
Miguel Ruiz Cabañas / Política y Diplomacia Sostenible / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El concepto de “Desarrollo Humano” fue concebido por Mahbub ul Haq (Pakistán) y el premio Nobel de economía, Amartya Sen, a finales de la década de 1980, porque estaban insatisfechos con los indicadores tradicionales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, como el Producto Interno Bruto (PIB), y el PIB per cápita, para medir el desarrollo de los países. 

En consecuencia, propusieron que el concepto de desarrollo debe involucrar la expansión de las libertades y oportunidades de las personas, enfatizando el mejoramiento de sus capacidades, la justicia social, y el bienestar integral.

La primera definición del concepto de desarrollo humano se presentó en el Informe sobre Desarrollo Humano de 1990: “El desarrollo humano busca la ampliación de las capacidades de las personas, con especial énfasis en la salud, la educación y la participación en la vida política y social."

El desarrollo humano pone a la persona en el centro de todas las políticas públicas. Por esa razón, desde hace décadas la ONU ha adoptado el concepto como la inspiración central en sus esfuerzos a favor del desarrollo, y es la premisa básica que inspira a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El Informe de Desarrollo Humano 2023-2024, titulado "Rompiendo el estancamiento: Reimaginando la cooperación en un mundo polarizado", se centra en cómo superar el actual estancamiento de la cooperación internacional. Considera que la causa principal de este estancamiento es la polarización política en muchos países y a nivel internacional.

Propone tres soluciones:

  1. Construir una nueva arquitectura para suministrar bienes públicos globales (como detener el cambio climático), es decir, una “tercera vía” para la cooperación para que los países pobres puedan contribuir a la solución de retos globales que benefician a todos, sobre todo con nuevo financiamiento.
  2. Hacer retroceder el ambiente de polarización que envenena la cooperación internacional, fomentando la deliberación libre y sin prejuicios.
  3. Reducir las brechas de la capacidad de actuación de las personas, centrando la actividad de las instituciones públicas en su bienestar.

El informe considera fundamental “reimaginar” la cooperación multilateral, con una gobernanza digital más equitativa, considerando el rápido avance de la inteligencia artificial, y la urgencia de abordar crecientes divisiones que están impidiendo a las naciones trabajar juntas en la resolución de problemas globales, como la pobreza extrema, el cambio climático y la paz mundial.

Subraya que la solución no radica en el aislamiento o en respuestas violentas, sino en una cooperación renovada y más efectiva. file:///C:/Users/L03125624/Downloads/hdr2023-24overviewsp.pdf  

Desafortunadamente, las soluciones que propone el Informe dependerá, en buena medida, de quién resulte ganador en las polarizadas elecciones presidenciales en Estados Unidos de noviembre próximo.

Si el ganador es Donald Trump, muy crítico de la cooperación internacional, podemos esperar más polarización y aún menos cooperación.

Por otra parte, los informes de desarrollo humano del PNUD contienen el “Índice de Desarrollo Humano” (IDH) que clasifica a las naciones en cuatro grupos: de ingresos muy altos, ingresos altos, ingresos medios e ingresos bajos.

Desde luego, este Índice no tiene precisión matemática. Su metodología y fuentes de información pueden ser cuestionables. Pero si se analizan varios informes a lo largo del tiempo emergen tendencias interesantes. 

En 1990, México tenía un IDH de 0.647, lo que lo ubicaba en la categoría de "desarrollo humano medio". Sin embargo, durante esa década el país experimentó un crecimiento significativo en educación y esperanza de vida, lo que impulsó una mejora en su posición.

Para el año 2000, el IDH de México había aumentado a 0.726, ingresando a la categoría de "desarrollo humano alto". En 2010, México tenía un IDH de 0.775, continuando en la categoría de desarrollo humano alto. En 2015, su IDH fue de 0.762, mostrando un estancamiento debido a la desaceleración económica, la desigualdad y la pobreza persistente. En 2020 su IDH fue de 0.779, manteniéndose en la categoría de desarrollo humano alto.

En 2023-2024 México alcanzó un IDH de 0.786, manteniendo su posición dentro de los países con "desarrollo humano alto", pero con desafíos importantes para avanzar. 

La posición de México en el ranking del IDH refleja algunos progresos y fluctuaciones. En 1990, México se encontraba en la posición 55 en el ranking global. Para el año 2000, México había mejorado su posición ubicándose en torno al lugar 45-50. En 2010, México se encontraba en el lugar 56.

En 2015, México descendió en el ranking global, situándose en el lugar 77. En 2020, México ocupaba el lugar 74. En 2023-2024, México se mantuvo en el grupo de "desarrollo humano alto" pero descendió al lugar 86 en el ranking, porque otros países mejoraron mucho más en educación, salud y equidad. Varios países de nuestra región, Chile (44), Argentina (48), Uruguay (52), Panamá (51) y Costa Rica (64) tienen un IDH más alto que México.

En cualquier caso, es muy claro que el próximo gobierno enfrentará el enorme desafío de mejorar sus políticas públicas en salud, educación, pobreza extrema y desigualdad, para fortalecer el desarrollo humano de la población.

POR MIGUEL RUIZ CABAÑAS ES PROFESOR EN EL TEC DE MONTERREY Y DIPLOMÁTICO DE CARRERA
@MIGUELRCABANAS 

MIGUEL.RUIZCABANAS@TEC.MX  

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