El poder legislativo está cooptado, el órgano electoral también, no existen contrapesos a su poder, los militares con lealtad ciega lo acompañan (a los uniformados bajo su mandato les ha ido requetebién), la libertad de expresión está anulada, el poder judicial de su lado, los narcos trafican y se despachan con toda impunidad y al dictador le importa un comino lo que diga el mundo y los organismos internacionales.
En fin, pareciera que todo se acomoda a favor de Nicolas Maduro (NM). Así en Venezuela y en otros autoritarismos del vecindario. Las fórmulas para la entronización de tales sátrapas son muy similares: consisten fundamentalmente en pasarse la democracia por salva sea la parte y hacer como que les importa lo que quiere “el pueblo”.
¿Los acompañantes solidarios de lo que sucede hoy en Venezuela? Rusia, China, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Irán y Honduras. Los países que reclaman transparencia y cuestionan el triunfo de Maduro en el proceso electoral del 28 de julio pasado: Chile, Costa Rica, Argentina, Panamá, Ecuador, República Dominicana y Uruguay, a quienes el gobierno venezolano exigió la retirada de su personal diplomático, así como el regreso de los embajadores venezolanos en sus países.
Hay otras naciones que se muestran menos decididas a tomar partido y se dicen “más prudentes” como USA, Brasil, Colombia y, desde luego, México. Lula da Silva, después de varios días de silencio se pronunció finalmente a favor de que NM presente las actas electorales para que termine de una vez el problema. Petro de Colombia exige un escrutinio transparente y, atención, estos dos presidentes son de izquierda (al igual que el presidente chileno) y en los tres casos muestran sus graves dudas por los resultados de las elecciones venezolanas.
USA y la comunidad internacional en general (pasando por la Unión Europea) dicen que “se les está acabando la paciencia” al esperar que las autoridades venezolanas publiquen las mentadas actas de votación. Y el Gobierno de Biden además está de acuerdo con las conclusiones del Centro Carter (invitados a regañadientes como observadores electorales) en cuanto a que las elecciones venezolanas no pueden considerarse como democráticas.
¿Y México? Pues supongo que está entre la espada y la pared. Sabemos que AMLO es amigo cercano de Maduro, quien lo acompañó incluso en su toma de protesta. No se puede negar tampoco la cercanía de los dictadores Díaz-Canel de Cuba y NM con el primer mandatario mexicano quienes se apoyan y ayudan en todo.
Sabemos que faltan unas cuantas semanas para el cambio de gobierno en nuestro país y supongo que el presidente tendrá que consultar con la presidenta virtual que decidir entre el amor y la razón. Supongo que el ejecutivo necesita ganar tiempo para definirse. Y a ver qué pasa.
En fin, los dictadores nunca abandonan el poder por los votos. Ya anunció Maduro una vez más que o gana o ahí les va a los venezolanos el anunciado baño de sangre. Qué tragedia.
POR TERE VALE
COLABORADORA
@TEREVALEMX
MAAZ