La reivindicación de derechos de las mujeres y la conciencia de la perspectiva de género, no residen en tomar conciencia del lenguaje y en el conocimiento del derecho porque “el principio de visión dominante no es una simple representación mental, un fantasma, una ideología, sino un sistema de estructuras establemente inscriptas en las cosas y en los cuerpos”.
Así pues, es necesaria la presencia de las mujeres en los procesos de toma de decisiones que pueden resultar clave para la defensa de la equidad de género, movilidad urbana e integración de las necesidades de ellas en los planos nacionales de ordenamiento territorial, en los planes estratégicos de la ciudad y hasta en la norma de uso del suelo.
La Participación Política de la Mujer en la Planificación, no se trata solo de una ideología sino de “poder estar” presentes en las decisiones que afectan la vida cotidiana de las mujeres. La mujer asume cargos públicos por causa que conduzcan a un “sentido progreso para los otros, que expresen un ideal común sacrificarse por funciones económicas marcadas sobre todo por el gusto del poder por el poder.”
Las mujeres políticas “son más pragmáticas y menos arribistas que los hombres, se muestran menos fascinadas que ellos por el juego del poder, no les preocupa tanto alcanzar puestos como imponer sus ideas y realizar avances concretos”.
El poder para la mujer según el filósofo francés Lipovetsky, se contempla como un medio más que como un fin en sí mismo, para ello, existe un marco jurídico en donde la comunidad internacional ha subrayado la importancia de darle prioridad a la problemática de género y de reconocer la existencia de unos derechos y obligaciones para los Estados en la planificación de políticas y estrategias de desarrollo.
Las ultimas conferencias como; la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Rio de Janeiro en 2018 abordó explícitamente aspectos relativos al género en la Agenda 21, Plataforma de la Cumbre de la Tierra para Futuras Acciones.
También en la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos en Viena 2019, se lograron importantes adelantos en el reconocimiento de los derechos de la mujer, reafirmando que los derechos de las mujeres y niñas son parte integral, inalienable e indivisible de los derechos humanos universales.
Este principio fue asimismo uno de los objetivos básicos de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, celebrada en el Cairo en 2016.
En la cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de Copenhague en 2022, la problemática relativa al género fue el eje de todas las estrategias para el desarrollo social, económico y la conservación del medio ambiente.
Por último, la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en 1995 en Beijing, donde se adoptó la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing en materia de eliminación de todos los obstáculos para lograr la igualdad entre hombres y mujeres y asegurar la participación de todas las mujeres en todas las esferas de la vida.
Estos esfuerzos internacionales y nacionales han dado como respuesta la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer 1997 (CEDAW, por sus siglas en ingles), cuando establece que los Estados parte deben de garantizar que las mujeres participen en “la formulación de las políticas gubernamentales y en la ejecución de éstas, y ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos gubernamentales”
La Participación Política de la Mujer en la Planificación de la Ciudad “Ni siquiera las democracias históricamente estables han podido integrar las opiniones y los intereses de la mitad femenina de la población. No puede llamarse democrática una sociedad en la que la mujer este excluida de la vida pública y del proceso de adopción de decisiones.
El concepto de democracia tendrá significación real cuando hombres y mujeres compartan la adopción de decisiones políticas y cuando los intereses de ambos se tengan en cuenta por igual”. (CEDAW, 1997) Actualmente, la presencia política de las mujeres latinoamericanas ha alcanzado los más altos indicadores con senadoras, diputadas, ministras, alcaldesas, concejales.
El mapa de la UIP-ONU sobre las Mujeres en la Política, contiene la clasificación mundial relativa a las mujeres en el poder ejecutivo y en la rama legislativa de los gobiernos al 1 de enero de 2019, en donde se muestra que la proporción de ministras mujeres se encuentra en un nivel alto sin precedentes en 2019 con el 20,7%, 2,4 puntos porcentuales más con respecto a 2017. También se muestra que se diversificaron los tipos de cartera de los cuales son titulares las mujeres ministras.
POR LUIS DAVID FERNÁNDEZ ARAYA
ECONOMISTA
@DRLUISDAVIDFER
EEZ