La Convención Nacional Demócrata comienza el próximo lunes en Chicago. Este evento representa el escenario político más significativo para la candidatura presidencial de Kamala Harris, con Tim Walz como compañero de fórmula. Los convencionistas ya los han electo, pero ofrecen la plataforma para que la nación los escuche. Sobre todo, es una oportunidad inigualable para que Harris se dé a conocer en sus propios términos, redefina su imagen pública y consolide su posición ante el electorado estadounidense.
El proceso electoral en Estados Unidos tomó un curso distinto tras la renuncia de Joe Biden a la posibilidad de reelegirse. La virtual candidata demócrata rompió récords en recaudación y sacó a Donald Trump y a su equipo de campaña de la zona de confort en la que habían estado durante semanas, particularmente después del primer debate por la presidencia.
En el promedio de encuestas nacionales, Kamala Harris supera a Trump prácticamente por tres puntos. En la última estimación con Biden como aspirante, la tendencia era inversa: Trump encabezaba las preferencias con la misma diferencia. En los swing states, la contienda ha vuelto a cerrarse. El Partido Demócrata encabeza encuestas en seis de los siete estados clave para ganar las elecciones. Además, ha crecido en prácticamente todos los estados, incluso ahí donde los republicanos mantienen ventaja.
Harris llega a la Convención sin haber pasado por el riguroso proceso de las primarias y su exposición mediática de varios meses. Esta circunstancia plantea riesgos, pero también ofrece ventajas. Las percepciones del público sobre ella aún no están claramente definidas, ni son fundamentalmente negativas. Sin embargo, eso obliga a Harris a presentarse de manera efectiva y contrarrestar la imagen que los republicanos han promovido en su contra.
Históricamente, las convenciones partidistas han sido cruciales para confirmar o modificar las percepciones ciudadanas sobre los aspirantes. El caso más emblemático es el de Bill Clinton, en 1992, quien utilizó la cita para darle la vuelta a algunas creencias erróneas del electorado sobre sus antecedentes. Gracias a eso, logró remontar desde el tercer lugar en las encuestas.
El panorama actual es distinto y está caracterizado por la polarización. En sus constantes ataques, Donald Trump ha intentado mostrar a la virtual candidata demócrata como una liberal radical que no tiene la capacidad para enfrentar asuntos como la migración o la criminalidad. El candidato republicano a la vicepresidencia, J. D. Vance, se ha referido a ella como una elitista que “cree que es mejor que tú”. El reto de los demócratas es usar su Convención como plataforma para desactivar la narrativa de sus opositores con una definición propia, que cierre los espacios a la desinformación.
El éxito de Harris en el encuentro podría revitalizar aún más la campaña demócrata y reactivar a la mayoría anti-Trump que definió el resultado de la última elección presidencial. La Convención Nacional puede y debe ser el punto de partida para convocar, unificar y movilizar a ese sector de la sociedad estadounidense. Si lo logra, podría convertirse en el gran punto de inflexión rumbo al 5 de noviembre.
POR CLAUDIA RUIZ MASSIEU
SENADORA DE LA REPÚBLICA
@RUIZMASSIEU
MAAZ